domingo 07 de diciembre de 2025 - Edición Nº4278

Espectáculos | 7 dic 2025

Música

Marcos Carreras, el violinista prodigio que asombra al mundo

Cuando se para frente a una partitura sorprende a expertos y neófitos. La sorprendente historia del niño que aprendió un instrumento antes que a leer.


Es nativo del barrio porteño de Almagro, tiene oído absoluto y aprendió el instrumento a los 4 años, antes que a leer. Debutó como solista en el Teatro Colón a los 11. Pese a su corta edad, atesora una amplia trayectoria arriba de los escenarios. Por su talento, la Fundación “Corporación América” le otorgó una beca y el Ministerio de Educación de CABA lo incorporó al programa “Artista de Alta Dedicación”. 

Con solo 12 años, Marcos Carreras parece haber nacido para la música. Cuando se para frente a una partitura, sea un auditorio minúsculo o un teatro de gran envergadura, el virtuoso violinista sorprende a expertos y neófitos por su presencia escénica, destreza y capacidad interpretativa.

“Cuanta más gente me mire en un concierto, mejor. No me pone nervioso. Al contrario, me motiva tocar para mucha gente”, afirma el músico prodigio de larga cabellera y pícara mirada que se dio el lujo de debutar como solista en el Teatro Colón a los 11.

En cada presentación individual o colectiva, el artista que posee oído absoluto, emprende una especie de ritual, detrás de bambalinas. “Antes de pisar un escenario, pienso cómo cautivar al público”, confiesa “Marquitos” con la sorprendente madurez de un adulto.

A pesar de su corta edad, atesora una amplia trayectoria arriba de los escenarios. “A mi me encanta esta carrera. Amo la música”, enfatiza el nativo del barrio porteño de Almagro.

Recientemente, estuvo tocando en el marco de “La Noche de los Museos”, en los estudios de Radio Nacional Clásica, y en el Concierto “El Legado”, un homenaje al reconocido violinista y pedagogo Rafael Gíntoli (su actual maestro) en el Salón Dorado del Teatro Colón. Antes, se había presentado en la Usina del Arte, el Teatro 25 de Mayo, el Palacio Libertad y el Centro Cultural San Martín, entre otros.

Como solista, Marquitos tuvo el privilegio de tocar junto a la Orquesta Aeropuertos Argentina, la Orquesta Sinfónica Municipal de San Martín, la Orquesta Sinfónica Municipal de Avellaneda y la Orquesta del Tango de Buenos Aires, durante el “Octavo Festival Konex de Música Clásica 2023” y en la entrega de los premios “Radio Nacional Clásica 2023”.

Actuaciones y pergaminos más que suficientes, para que la Fundación “Corporación América” le otorgase una beca, como parte del programa “Cantera de talentos”, y el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo incorporase al programa “Artista de Alta Dedicación”.

Hijo de violinistas de profesión, Marquitos aprendió a interpretar el violín antes que a leer. Es que ese instrumento que formaba parte de su cotidianidad, empezó a ser su juguete preferido.

“Recuerdo que, a los 4 años entré a la habitación de mis padres. Ahí estaba mi mamá ensayando un tango. A los pocos minutos, entró mi papá preguntando: ‘¿Marquitos, te gustaría empezar a tocar violín? Le respondí que sí, de una. Porque este instrumento de cuerda siempre me pareció súper dulce, lindo. Y aquí estoy”, reseña el músico.

Percibiendo “enamoramiento a primera vista”, sus progenitores lo inscribieron en el Centro Suzuki de Buenos Aires, para que aprendiese los conceptos básicos del violín. “Mi primer maestro fue Eduardo Ludueña”, declara el geminiano comentando que, a los 6 años fue invitado a tocar en el Live Virtual Concert, y a los 7, en el Concierto Cuatro Naciones, con buenos comentarios de los asistentes.

Ávido de adquirir mayores conocimientos, el pequeño participó de clases magistrales con la profesora Yolanda Wu, el maestro Rolando Prusak y el maestro John Mc Grosso, renombrado profesor de la Universidad de Missouri. “La clase con el profesor me solucionó un montón la técnica”, asegura con madurez.

Pese a que le dedica suficiente tiempo a los conciertos y a la formación musical, no descuidaba los estudios en una institución educativa primaria, de la que está egresando. “En 2026, voy a empezar primer año en la Escuela Juan Pedro Esnaola”, revela Marquitos agregando que las autoridades armarán un secundario más a medida, que le permita continuar con su formación, cumplir con los compromisos musicales y realizar giras dentro y fuera del país.

Si bien, administran la cuenta de Instagram @marcoscarerrasviolin y se esfuerzan para que tenga buena educación, sus padres no son absorbentes ni sobreprotectores. “A pesar de los conciertos que tengo, ellos no me exigen. Por el contrario, diagraman mi vida para que también juegue como cualquier niño de mi edad”, admite.

Precisamente, en los ratos libres, además de encontrarse con sus amigos, el fan de Ferro Carril Oeste y declarado “refutbolero”, le dedica tiempo a ordenar su habitación. “Soy un varón ordenado. Considero que dentro del desorden hay un orden, siempre. Puedo tener todo desparramado, pero sé dónde está cada cosa”, remarca el pequeño artista.  

Dentro de esa habitación pulcra y ordenada, se destaca un violín de cartón y una amplísima colección de peluches que le hacen compañía. “De chiquito, me encariñé con los peluches. Tengo 170 y sé los nombres de cada uno. Soy un coleccionista de cosas inútiles o ‘bolucosas’, como dice mi madrina Cecilia (violista de la Orquesta Municipal de Avellaneda)”, revela con una mirada pícara y sonriente.

Con un porvenir promisorio, el virtuoso violinista aspira a seguir conectando con el público y transmitir emociones profundas. Pero paso a paso, sin quemar etapas. “Mi sueño es hacer una gira internacional y tocar en los lugares más importantes de Europa”, concluye Marcos Carreras.

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