El conflicto entre Homero Pettinato y Sofía Gonet, conocida en redes como La Reini, volvió a poner a la farándula argentina en modo reality. Una relación intermitente, cargada de idas y vueltas, terminó de estallar este sábado cuando una imagen aparentemente inocente desató una guerra de stories, videos y chats privados que se viralizaron en cuestión de horas.
El detonante fue una foto de Pettinato en un recital junto a una amiga a la que no veía desde hacía meses. A partir de ese posteo comenzaron rumores de infidelidad y versiones amplificadas por cuentas de chimentos. La reacción de La Reini no tardó en llegar: subió a sus historias de Instagram capturas de conversaciones privadas donde se leen insultos fuertes y descalificaciones atribuidas al conductor radial. El material se replicó rápidamente en X y encendió el escándalo.



Horas más tarde, Pettinato respondió con un video de casi tres minutos en el que negó haber engañado a su ex pareja y se mostró visiblemente afectado. En ese descargo, reconoció haber dicho cosas hirientes, pero también filtró chats en los que, según él, recibió amenazas y agresiones verbales. “Soporté manipulaciones y amenazas”, sostuvo, al tiempo que aseguró que la situación se volvió insostenible por los celos y los ataques constantes.
La pelea no quedó solo entre ellos. Las redes sociales se llenaron de reacciones, memes y discusiones que dividieron opiniones. Mientras algunos usuarios remarcaron la violencia verbal presente en los mensajes y cuestionaron a ambos, otros hablaron de una relación claramente tóxica, donde ninguno quedó bien parado. El tema escaló tanto que fue levantado por medios nacionales y se convirtió en tendencia durante todo el fin de semana.
Más allá del show digital, el caso volvió a abrir el debate sobre la exposición extrema de los vínculos en redes sociales y cómo los conflictos íntimos se transforman en contenido público. Entre la empatía y el morbo, el “lore” Pettinato–La Reini dejó en claro que, detrás de los memes y el consumo rápido, hay una historia de desgaste emocional que quedó completamente a la vista.