La Cámara Federal de Argentina ratificó este viernes el procesamiento del cabo primero Héctor Guerrero, integrante de la Gendarmería, por el disparo de una granada de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo el pasado 12 de marzo, durante una manifestación de jubilados frente al Congreso.
La acusación contra Guerrero es por lesiones gravísimas y abuso de armas, agravado por abuso de su función, tras comprobarse que los disparos se hicieron de manera horizontal y antirreglamentaria hacia la zona donde estaban los manifestantes y el fotógrafo.
Con la confirmación del procesamiento que había sido dictado por la jueza María Servini, la Justicia considera que hay pruebas suficientes para evidenciar que el gendarme disparó de manera antirreglamentaria y causó las lesiones gravísimas a Pablo Grillo.
Esto sitúa a la causa a un paso del juicio oral si no hay nulidades ni recursos nuevos que frenen el proceso, de manera tal que el magistrado de primera instancia puede dar por terminada la etapa de instrucción para que luego se defina la responsabilidad penal y una eventual condena.
El cabo continuará en libertad, aunque procesado con embargo y bajo investigación penal formal. Restará determinar si la Justicia va detrás de la cadena de mando, es decir las responsabilidades de jefes y autoridades que definieron el protocolo
Tras el ataque, Grillo fue internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía con heridas que pusieron en peligro su vida. Atravesó distintas cirugías complejas y estuvo meses en cuidados intensivos.
Su recuperación ha sido lenta y gradual. Mostró mejorías y se reinstaló en rehabilitación, con progresos en funciones motoras y comunicación, aunque sigue en proceso.