

CAPITAL FEDERAL, Julio 19 (ANDigital) Ya lo dice el refrán: “Cuentas claras, conservan la amistad”. Y muchos amigos o familiares de la política argentina hoy no le hacen caso a ese mandamiento popular. En el país las relaciones sanguíneas se traicionan, o por lo menos, no son tan importantes. Revisemos algunos casos.
El más llamativo y actual es el del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien mantiene un enfrentamiento mediático con su padre, Franco Macri. Hace pocos días, el empresario sostuvo que “este Gobierno (por el de Cristina Kirchner) es el mejor desde el de (Arturo) Frondizi”. Y por si quedaban dudas, Macri padre continuó: “Yo no soy kirchnerista ni fui menemista. Soy un empresario que cree que la producción y el crecimiento son la única solución a los problemas. Y el gobierno está haciendo lo que el país necesita, industrializarlo”.
Mientras tanto, su hijo acusaba a Néstor Kirchner de motorizar la causa en su contra por las escuchas ilegales. Este domingo, Franco Macri volvió a defender al oficialismo: “Estoy seguro que no es un proyecto del Gobierno hacer que Mauricio tenga problemas”, y reafirmó que “pondría las manos en el fuego de que el gobierno no tiene nada que ver”. Las diferencias entre padre e hijo son visibles (¿o no?).
Otro de los casos es el de Daniel Scioli y su hermano, el ex secretario general de la Gobernación, José “Pepe” Scioli, quien luego de estar en la administración pública bonaerense se pasó a las filas de Francisco De Narváez, principal candidato opositor del Gobernador en la Provincia.
Hace unos días dijo que “hay que dejar de lado las candidaturas” (hasta ahí la misma frase que su hermano), pero continuó con un recordatorio para el gobernador: “Hay que preocuparnos por lo que está ocurriendo ahora, como el tema de la inseguridad”.
Después en una entrevista disparó: “La Provincia está inundada de droga”, y explicó: “Hay dirigentes que, muy alegremente, se preguntan dónde está el plan de De Narváez. Yo los invito a que se metan en la página de Internet de él, la seguridad se hace, y que vean toda la propuesta. Primero van a ver muchas cosas que están escritas ahí hace mucho tiempo, y que el Ejecutivo, tanto nacional como provincial, después llevó adelante; como también cuatro o cinco proyectos muy puntuales que hablan del mayor problema de la Argentina hoy, que es el narcotráfico. El plan está escrito. Cuando hablan de las comisarías móviles, lo tienen puesto ahí; cuando hablan de perfeccionar el 911, lo tienen; cuando hablan de reasignar personal administrativo para mandarlo a la calle, lo tienen ahí”.
A “Pepe”, claro está, no le preocupa que su anterior alineación kirchnerista sea solamente un recuerdo para convertirse meses después en un opositor a su hermano. Hasta se habla de que el denarvaismo podría colocarlo como candidato a jefe de Gobierno porteño.
Y hablando de De Narváez, el diputado nacional también tiene un duro enfrentamiento con su hermano, Carlos De Narváez. Las diferencias comenzaron a finales de la década del ‘80 cuando ambos intentaban remontar Casa Tía.
Desde aquella época datan los enfrentamientos, luego de que Francisco decidiera echarlo de la conducción de la empresa familiar.
Carlos prefirió no meterse en política y convertirse en un desarrollador inmobiliario. En su haber posee shoppings en distintas ciudades del país, como el que abrió hace un año en Santa Fe.
Cuando De Narváez ganó la elección en Buenos Aires, Carlos aclaró (por si las dudas) que “no tengo ninguna relación comercial con mi hermano”.
Otro ejemplo apunta a las diferencias políticas entre el ex gobernador Felipe Solá, y su cuñado, Guillermo Justo Chaves. Es que el diputado nacional se pasó al peronismo disidente, mientras que el ex candidato a intendente de La Plata se quedó en el kirchnerismo. Es más, en la actualidad continúa siendo titular del Instituto Nacional de Capacitación Política.
Chaves es apadrinado por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, un ex hombre de Solá. Por estas horas, se habla de que sería el propio ministro quien impulsa a Chaves como candidato a intendente nuevamente de la capital provincial para amenazar el poder de Pablo Bruera, un díscolo K que mira una posible reconciliación.
Y esta disyuntiva no solamente se da en la provincia de Buenos Aires, sino también en otras regiones del país. En Neuquén, la intendenta de San Martín de los Andes Luz Sapag, quien falleció hace unas semanas en un accidente de tránsito, siempre mantuvo diferencias con su hermano, el gobernador Jorge Sapag.
La disputa se centró en el liderazgo del Movimiento Popular Neuquino (MPN), un partido provincial fundado por el ya fallecido Elías Sapag, padre de ambos.
Sin embargo, un día antes de la muerte de la jefa comunal, ambos hermanos habían decidido unirse (como lo hicieron en las elecciones pasadas) para competir por la conducción del partido.
Luz Sapag había decido sumarse a la lista Azul Federal, que impulsa el gobierno provincial y que competirá en las elecciones internas del 15 de agosto, contra la que supuestamente integrarían en forma conjunta el diputado nacional José Brillo y el ex gobernador y candidato presidencial, Jorge Sobisch.
La historia reciente demuestra que mantener un lazo sanguíneo en política no es sinónimo de llevarse bien o confluir en un mismo espacio. (ANDigital)