

Este viernes declararon dos peritos: la primera de ellas dio detalles sobre el reconocimiento médico legal que se le realizó a Javier Quiroga a pocos días de ser detenido. Constató numerosas heridas cortantes que tenía en sus brazos. La otra declarante dio detalles precisos de las heridas que recibió cada una de las mujeres. Fueron atacadas con armas cortantes y punzantes, también recibieron golpes contundentes, con el puño y con un palo de amasar. El martes habrá una inspección ocular en el lugar de los hechos.
LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) En una nueva audiencia por el juicio oral que se desarrolla para encontrar el o los autores materiales del cuádruple crimen de La Loma –ocurrido a fines de noviembre de 2011 en La Plata–, este viernes prestaron declaración testimonial dos peritos médicos forenses, la primera fue María Andrea Noms, quien contó que el 11 de mayo de 2012 le realizó un chequeo a Javier ‘Hiena’ Quiroga –uno de los dos acusados– para cotejar si el relato brindado en la Fiscalía coincidía con las heridas presentadas en su cuerpo.
El acusado dijo ante el fiscal Álvaro Garganta que, la noche de los asesinatos, Osvaldo ‘Karateca’ Martínez –el otro acusado– lo cortó con un arma blanca en su mano, y relató que recibió un golpe con la culata de un arma de fuego que el novio de Bárbara Santos habría portado en el lugar de los hechos. Según consta en la declaración de Quiroga: “Martínez me hace agarrar el palo de amasar y me dice que lo agarre bien, pegándome un golpe en la cabeza con la culata del arma de fuego”.
Noms dijo que al momento de revisar a Quiroga no encontró marcas que puedan verificar que ese golpe existió. En cuanto a las heridas cortantes que tenía la ‘Hiena’ al momento de la revisión la perito contó: “El paciente hizo mención a que sufrió algunos accidentes con máquinas cortantes porque trabajaba con eso. Tenía una herida en su mano derecha, y dijo que se atendió en una clínica de manos de la ciudad. Tenía algunos puntos de sutura en el antebrazo. Además, me dijo que consumía alcohol y marihuana desde los 17 años, y que en cuanto a la cocaína comenzó a los 25”.
La perito también relató que por pedido del fiscal examinó los pies de Quiroga. Al medirlos tenían una extensión de 24 centímetros y el calzado que tenía en ese momento era número 41: “Me dijo que calzaba 39. Mientras lo revisaba me contó que usaba un calzado mayor porque su madre le compró zapatillas y no conocía el número exacto”, dijo Noms.
En cuanto a sus cortes, detalló que en su mano derecha Quiroga tenía una cicatriz antigua que se extendía desde la primera falange hasta la tercera de su dedo mayor. Había otra lesión y en una clínica de la mano recibió una cirugía: “Según él, ese corte se lo produjo una máquina cortadora de madera y en el antebrazo derecho tenía otra herida con puntos de sutura”.
Por último, Noms indicó que los cortes que Quiroga poseía en sus extremidades superiores tenían una evolución mayor a los 30 días y que por eso no logró certificar objetivamente si alguna de sus heridas se correspondió con la fecha en la cual se produjeron los sangrientos asesinatos.
No obstante, se le mostraron fotos de la escena, para que Noms dijera si las heridas cortantes eran compatibles con el borde de una mesa de vidrio y con dos cuchillas: “Los cortes se pudieron haber ocasionado con esos elementos, o bien con otros”, aclaró.
Detalles del horror
Fue los que dio a conocer la otra perito, Claudia Del Giorgio; incluso previo a que la deponente comenzase a hablar, el presidente del Tribunal Oral y Criminal III, Ernesto Domenech, le advirtió al público presente que se darían a conocer datos sobre las heridas causales de muerte de las cuatro víctimas: “Entiendo que esto podría herir la susceptibilidad de algunas personas. Quienes puedan verse afectados, puede retirarse de la sala”, informó.
Martínez decidió abandonar la sala de audiencias hasta que la especialista terminase con su exposición, que duró más de dos horas. La perito elaboró un informe pedido por la Dirección de Casos Especiales, que tuvo como fin especificar en las víctimas el tipo de heridas que cada una recibió, las que se discriminaron en cortantes, punzocortantes, contusas y punzantes.
Del Giorgio desplegó unas láminas en las que detalló las zonas corporales en donde las mujeres fueron atacadas. Individualizó cada ataque y ordenó su clasificación según la cantidad de heridas que tenía cada una de las fallecidas.
Las primeras heridas que se examinaron en el debate fueron las de Marisol Pereyra: “Hubo una ruptura de los vasos sanguíneos y presentaba 8 heridas de arma blanca. De esas, había dos grupos, uno lesional a nivel de tórax superior y otro en la zona inferior. Existieron dos heridas graves que se alojaron abajo del mentón. Una tercera lesión cortante era cervical. Tenía una lesión contusa sufrida por un elemento duro y romo, como puede ser un palo o un puño. Además, vimos una fractura múltiple de los huesos alojados en la nariz”.
Por pedido del abogado Julio Beley, defensor de Martínez, a la especialista se le exhibió el palo de amasar secuestrado en la escena del crimen junto con dos cuchillas que tenían un espesor superior a los 3 centímetros y un largo de aproximadamente 20.
En el cuerpo de Pereyra no se registraron signos de defensa. Según la especialista, y por la posición de las heridas encontradas en las mujeres, el atacante era diestro. Es importante destacar que mientras la especialista detallaba la muerte de Marisol, Quiroga se durmió en el banquillo.
Susana De Barttolé tenía 12 heridas de arma blanca que se discriminaron en cortantes y punzocortantes (atraviesan la piel perforando tejido): “A nivel de la garganta hay cuatro lesiones y se extrajo un cuchillo de cocina de su cuello. Fue herida también por un destornillador y al menos con un objeto duro y romo”, destacó la especialista.
Susana intentó defenderse de su atacante. Es por eso que tenía una herida cortante a nivel del dedo índice derecho que se encontraba casi amputado: “Se defendió contra un arma blanca y el causal de muerte fue por un shock hipovolémico, producto de la hemorragia interna que sufrió”, detalló la médica.
En cuanto a la cantidad de atacantes, Del Giorgio relató que “un ataque semejante podría ser realizado por una persona o quizás por más”.
La pequeña Micaela Galle tenía 23 heridas de arma blanca concentradas en la zona superior de su cuerpo. Los cortes se distribuían sobre las axilas y se presumió que fue atacada estando acostada debido a que su cuerpo fue hallado en la cama de su abuela, Susana De Barttolé.
“Quince heridas eran punzocortantes y el resto eran cortantes. De esas 15 hay dos grupos, uno en la región derecha y otro en la izquierda. Varias de las lesiones penetraron en el tórax y una de ellas perforó el ventrículo izquierdo. Es la herida que provoca el deceso, ya que su corazón dejó de bombear sangre al instante”, dijo la perito.
En cuanto a indicios de defensa, hubo elementos que permitieron acreditar que la niña opuso resistencia ante su atacante. Al igual que el resto de las víctimas, sufrió golpes en su rostro.
Por último, se informó sobre las heridas que poseía Bárbara Santos. Se detalló que fue la victima que más resistencia opuso a su atacante, aunque fue quien más golpes y cortes recibió. Tuvo lesiones dispersas por su cuerpo, y en total se contabilizaron 28 heridas de arma blanca. Fue la única de las mujeres en tener heridas de arma blanca en el rostro.
“Tenía heridas en sus manos como señal de defensa. Había heridas contusas y notamos una amplia gama de lesiones en el cuero cabelludo. Desde la región frontal hasta la occipital divisamos un corte con desprendimiento del cuero cabelludo, era una herida abierta en la cabeza. Existieron hematomas frontales y en miembros inferiores. Se defendió con todo”, agregó Del Giorgio.
El próximo martes a las 20 horas se realizará la inspección ocular al lugar de los hechos con el testigo Marcelo Tagliaferro, quien dijo haber visto a Osvaldo Martínez la noche de los asesinatos. También deberá asistir Fabián Lencina, quien dijo haber visto a Tagliaferro en un auto diferente al pasar con su camioneta por la puerta del complejo de departamentos ubicado en la calle 28 al 467, de la capital bonaerense. (ANDigital)