

Una vez más y van… fracasaron todas las predicciones apocalípticas de comienzos de 2014, sobre todo de mediados de enero pasado, cuando el Gobierno cedió frente a la presión del establishment y devaluó el peso. Que el dólar blue/ilegal iba a trepar hasta los 20 pesos, que las reservas iban a caer por debajo de los 20.000 millones de dólares, que CFK iba a ser fagocitada por un golpe de mercado e iba a entregar un año antes su mandato. El mes cierra sin que hubiera mediado un 19 de diciembre catastrófico en disturbios y saqueos, con el dólar ilegal por debajo de los 13 pesos y una explosión de consumo por las fiestas navideñas y de fin de año. Menos mal que no nos suicidamos cuando arreciaron las peores predicciones escritas y dichas en los medios hegemónicos, a los que sólo les interesa que explote la Argentina en mil pedazos y que no haya ninguna defensa de la alegría, tal como arengó siempre Mario Benedetti.
Comentamos a un par de colegas la idea de Panorama Político Nacional de cierre de año que invita siempre a realizar un balance de todo lo transcurrido en la Argentina en materia política, económica y social, y la respuesta de los pares fue que “será un panorama k”, pero la realidad no dejó otra alternativa que el intento de contar nuestra sensación transcurridos casi 365 días no sin antes, aliviados, arengar –al estilo del poeta uruguayo Mario Benedetti– en pro de la defensa de la alegría frente a tanta mentira y presagio apocalíptico. Es que no hay mayor verdad que la realidad y no se puede tapar el sol con una mano.
Porque a mediados de enero de este año el Gobierno nacional cedió terreno frente a la presión del establishment y se vio obligado a devaluar, y las dos semanas posteriores a esa controvertida medida económica fueron de terror, con las usinas gigantescas de los medios hegemónicos dando cabida a todos los economistas y analistas en la materia que se tiraron sin red (en realidad, tienen la red protectora del establishment mismo y de El Gran Diario Argentino y demás medios periodísticos asociados) a vaticinar que diciembre iba a cerrar con un dólar blue/ilegal por encima de los 20 pesos, que las reservas iban a caer por debajo de los U$S20.000 millones y dejaban entrever la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner fuera fagocitada por un golpe de mercado que la iba a obligar a entregar el mando presidencial un año antes.
Sin embargo, el mes cierra sin que hubiera mediado un 19 de diciembre catastrófico en disturbios y saqueos programados en los últimos años desde la saña inconfundible e irresponsable del sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo y las patotas del expresidente interino Eduardo Duhalde, asociadas a agrupaciones sociales díscolas siempre funcionales a las derechas vernáculas; con el dólar ilegal por debajo de los 13 pesos más una explosión de consumo por las fiestas navideñas y de fin de año.
Menos mal que no nos suicidamos cuando arreciaron las peores predicciones escritas y dichas por siniestros personajes a estas alturas de la historia argentina, y a quienes sólo les interesa que explote la Argentina en mil pedazos y que no haya ninguna defensa de la alegría, tal como arengó siempre Mario Benedetti. Menos mal que siempre olfateamos que Elisa Carrió ya no tiene cura y va camino a recuperar ese 1,5 por ciento de la aceptación en las urnas que recogió como premio a tanta locura e irascibilidad en los comicios legislativos de 2011.
Y aquí estamos. Frente a un tablero y su correspondiente computadora para concluir una vez más y van… que se equivocaron –y muy feo– otra vez más y van…
Pensar que este año pasó de todo. Primero, la devaluación y, luego, los fallos del juez neoyorquino Thomas Griesa en favor de los titulares de los fondos buitre; además, los productores agropecuarios virtualmente “encanutaron” la mitad de la cosecha para no liquidarla y fue tan burda la maniobra que tuvo que dar la cara el ahora extitular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, para reconocer que procedieron de tal forma y que les salió el “tiro por la culata”, porque el precio de la soja descendió a valores irrisorios y se sinceró con los productores como si les estuviera diciendo “discúlpennos, los aconsejamos mal”, y terminaron perdiendo todos, productores y el Estado. Los ruralistas perdieron la friolera suma de 1.380 millones de dólares.
Y luego de la advertencia del ministro de Economía Axel Kicillof respecto de la no liquidación de la cosecha 2013-14, el Gobierno nacional convocó a los titulares y técnicos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y la Cámara de Exportadores de Cereales que se vieron obligados a asumir el compromiso de liquidar dólares por ventas externas por valores superiores a los 6.000 millones de dólares.
Pero hubo más en la viña del Señor en 2014. Porque vivimos en la “Argentina País Generoso” donde siempre pasan cosas raras (parafraseando a Adrián Stoppelman, humorista de La Mañana, por Radio Continental, el programa de Víctor Hugo Morales). Porque el 30 de septiembre renunció el entonces titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, a quien CFK incineró en uno de los tantos actos de Casa Rosada por no controlar y perseguir las oscuras maniobras de los bancos que operan para sostener las cuevas financieras. Lo remplazó Alejandro Vanoli quien entre el 1° de octubre y el presente mes se abocó a poner orden en la plaza e imponer y revalorizar la intervención del Estado en el mercado financiero.
Su gestión llevó a Vanoli a destacar, precisamente, la intervención del Estado como factor esencial de la recuperación de la confianza en el mercado financiero.
Hay que pensar seriamente qué estarán pergeñando en defensa propia frente a tanto fracaso de predicciones siempre apocalípticas Roberto Cachanosky, Marcelo Bonelli, Carlos Melconian, Ricardo López Murphy, Martín Lousteau, Alfonso Prat Gay, José Luis Espert y el inefable Miguel Ángel Broda, entre muchísimos otros economistas, analistas y periodistas.
También la oposición tendrá que ingeniárselas para hallar una estrategia que les permita tener posibilidades que pasen por encima del deseo de que a partir del 1° de enero el magistrado estadounidense Thomas Griesa y los fondos buitre le arruinen, en un año de elecciones, el escenario político al kirchnerismo. Lo estuvieron deseando todo el 2014 y las peores profecías fracasaron, mucho más las demoníacas predicciones de Elisa Carrió, quien sólo acertó en cumplir la tarea que le encomendó Héctor Magnetto, de hacer volar por los aires el FAUnen para que no quede otra alternativa opositora que unirse todos o gana el Frente para la Victoria en primera vuelta, como sucedería hoy si hubiera una hipotética elección con Daniel Scioli a la cabeza, secundado por Agustín Rossi o el mandatario entrerriano Sergio Urribarri. O el político ultra K que CFK apunte con el dedo para consagrarlo como compañero de fórmula del bonaerense.
La UCR termina el año partido en mil pedazos y hasta los pocos técnicos económicos serios con que cuenta terminan derrapando y opinando con una falta de cintura supina a la hora de decir algo sobre decisiones “clave” del Gobierno nacional como Precios Cuidados. Javier González Fraga terminó por fulminar la credibilidad que se le tenía al extitular del Banco Central cuando sostuvo irónica y risueñamente que ese programa “es para la gilada”, cuando debiera decir qué propone seriamente para que la gran mayoría de asalariados tenga acceso a un programa alternativo al del Gobierno.
La inseguridad es preocupante. La inflación y los hechos de corrupción también. Pero también es para valorar que cerremos diciembre en paz.
Queremos cerrar este balance de año con un hecho que parece mínimo frente a tanta realidad que se minimiza y oculta y que agiganta la figura del expresidente Raúl Alfonsín. El 2014 fue el año en que la mandataria brasileña Dilma Rousseff recibió en manos el informe de una Comisión de la Memoria que ventiló uno a uno los excesos y serias violaciones a los derechos humanos que se produjeron en ese país y las lágrimas de Rousseff nos conmovieron a todos los que seguimos el tema en la Argentina.
Increíblemente recibió el informe el 10 de diciembre último. Justo la fecha en la cual en nuestro país se celebra y conmemora el Día de la Democracia y el Día Universal de los Derechos Humanos. Pero en Brasil no habrá juicios para los militares. Los torturadores, criminales y asesinos jamás serán sentados en banquillos de acusados.
En nuestro país, Raúl Alfonsín no pactó con las fuerzas armadas y juzgó a los responsables de las Juntas Militares. Llegó hasta donde pudo. Su gestión terminó siendo un parto por esa histórica decisión y ese juicio, más la creación de la CONADEP y el informe final plasmado en la publicación Nunca Más, sumada a los datos que recogieron cada uno de los Juzgados que investigaron hasta que el establishment acorraló al exmandatario radical para sancionar las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (las llamadas “leyes del perdón”) sentaron jurisprudencia.
Todo lo actuado por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial entre los años 1984 y 1989 dejaron la puerta abierta para que otro mandatario, Néstor Kirchner, decidiera desempolvar las causas y activar los Juicios por la Verdad, echando mano con decisión a la derogación de las leyes del perdón más la consagración también por vía del Congreso Nacional de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad.
La imposibilidad de llevar adelante juicios por crímenes de lesa humanidad en Brasil agiganta lo hecho en la Argentina por Raúl Alfonsín (de él dijeron que “fue un blando” cuando firmó las leyes del perdón…), Néstor Kirchner y, sobre todo, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y la totalidad de organizaciones defensoras de los derechos humanos en el país.
Esta lucha registró la noticia que más unió a los argentinos en 2014: porque el hecho más trascendente fue la recuperación por parte de Estela de Carlotto de su nieto Guido tras 37 años de búsqueda. Fue el recuperado número 114 y ya son 116 los nietos recuperados. Aún faltan casi 400 más. Pero habrá novedades año a año y en favor de la búsqueda de Abuelas. Porque hubo una vez un histórico Juicio a las Juntas Militares por decisión de Raúl Alfonsín.
Si el electorado de Ecuador eligió a Rafael Correa; Uruguay al frenteamplista Tabaré Vázquez para suceder a Pepe Mujica; en Brasil prefirieron a Dilma Rousseff; en Chile a Michelle Bachelet; en Bolivia a Evo Morales; en Perú a Ollanta Humala, algo habrá hecho mal el neoliberalismo para que en el continente los ciudadanos optaran –como han hecho– por opciones populistas como repiten con odio los políticos y el periodismo de derecha y neoliberal.
Feliz 2015 para todos los abonados a ANDigital y… ¡A Defender la Alegría!