Tensión, desconcierto y más tensión en la Legislatura bonaerense

Escena 1: tensión máxima en el Frente Renovador, tensión mínima en el Frente para la Victoria

El parlamento provincial sigue dando que hablar. Las situaciones más tensas tienen lugar en ambas Cámaras, donde en las últimas sesiones siempre es protagonista la polémica. El miércoles Diputados y Senadores realizaron su última sesión de cara al receso invernal que todos los legisladores se tomaron. La previa a ese día no auguraba ninguna sorpresa sobre el escenario y todo parecía indicar que transcurrirían sin sobresaltos. Pero esa premonición estuvo equivocada y surgieron más de un tema donde legisladores del Frente para la Victoria, por un lado, y del Frente Renovador, por el suyo, desatarían situaciones que repercutieron en toda la arena política bonaerense. El viento que sopló fuerte.

El motivo de la querellas entre legisladores se dio sobre la base de tres expedientes que giran en la Legislatura desde hace tiempo. Se trata de la prórroga de la Emergencia del Poder Ejecutivo, una medida que -para sorpresa de muchos despistados- desató un vendaval en los dos espacios mencionados. Esta vez las tensas disputas fueron entre pares del mismo color político y no entre rivales. Desconciertos en el parlamento.

El trámite de las tensiones legislativas son los expedientes A-5, 6 y 7, del período 13-14 son los que forman parte de la emergencia por la que atraviesa el Poder Judicial bonaerense. La aprobación de esas medidas son las que permiten la prórroga por el término de 12 meses y las competencias que se delegan en la Suprema Corte de Justicia provincial en materia de traslado de Juzgados y transformación de los Tribunales en juzgados unipersonales. Los papeles explosivos.

Los preparativos para que esos expedientes estaban listos para que sean transformados en la última sesión de Diputados. Sin embargo, en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdo se le introdujeron modificaciones de forma, que apuntan a cambiar ligeramente las fechas de las prórrogas. El tratamiento de esos proyectos en la Comisión que preside el diputado del Frente para la Victoria Marcelo Feliú, tuvo la contingencia de contar con dos despachos: uno de mayoría y otro de minoría que fue pretendido y apurado por el legislador platense del Frente Renovador, Juan Amondarain. Así, el trámite parlamentario siguió su curso hacía la Comisión de Presupuesto, que comanda el diputado del FpV Darío Golía. Allí, el diputado massista Rubén Eslaiman, quien argumento seguir la línea del voto que en una anterior ocasión había hecho el bloque del Frente Renovador en el Senado, emitió su voto de similar manera, hecho contrario a lo que había hecho Amondarain con el despacho en minoría en la comisión anterior. La temperatura subió en el massismo.

Esas notorias discrepancias fueron trasladadas a la reunión de bloque que el Frente Renovador tuvo una hora antes del inicio de la sesión. Eslaiman y Amondarain ya conocían la acción que cada uno había hecho en su comisión. El ambiente era tenso, los enojos eran notorios en los rostros de los diputados. Poco a poco la temperatura subió más y más. Los reproches entre los dos legisladores fueron subiendo de tono. La calma no había sido invitada y fue suplantada por viejos rencores. El cruce de palabras de hizo más fuerte y -según muchos de los presentes- la tensión explotó (no estimados lectores, no se armó un círculo efusivo que rodeó a los dos protagonistas arengando hasta que uno caiga al piso). Sólo fueron gritos, insultos y hasta amagues de golpes de puño, que fue el cuadro que representó las diferencias entre Eslaiman y Amondarain. Algunas fuentes dicen que Eslaiman fue el que intentó agredir a su compañero de bancada. Otras sostienen que “no pasó a mayores”, pero que el legislador que responde a Graciela Camaño entendió que “la jugada” de Amondarain fue pensada para “hacerlo quedar en falta ante todos los integrantes de la bancada”. La noticia del altercado voló a velocidad luz por toda la Legislatura y todo el ambiente político-periodístico bonaerense. Entre las versiones del hecho que circulaban, a más de un diputado se le vino a la mente la escena cuando Camaño le dio un cachetazo al legislador nacional del FpV, Carlos Kunkel, hecho que fue registrado por todas las cámaras de los medio. El “camañazo” quiso visitar el Parlamento provincial.

Se sabe que la relación entre Eslaiman y Amondarain no es buena. Las internas no vienen de ahora, son de antaño. El antecedente que más se recuerda es cuando el massismo tenía que nombrar un nuevo presidente de bloque a finales del año pasado. Hasta esa fecha Eslaiman presidía la bancada, tenía sus intenciones de renovar ese cargo, aunque sus chances eran pocas. Sin embargo, pretendió meter a alguno de los suyos, pero la decisión de Sergio Massa se inclinó en favor de Amondarain, quien logró que Jorge Sarghini se consagre como el nuevo conductor de la bancada. La noticia del altercado cayó muy mal en Tigre, desde dónde dieron la orden de que esos hechos “nunca más vuelvan a suceder”. Tensiones que calmaron, pero siguen latentes.

Pero el Frente Renovador no fue el único bloque que tuvo diferencias por estos expedientes. El trámite también tuvo sus cortocircuitos entre las presidencias del Diputados, a cargo de Horacio González y del Senado a cargo del vicegobernador, Gabriel Mariotto. Sucede que las modificaciones de forma que se introdujeron en las comisiones de la Cámara Baja hacen que la Cámara Alta las tenga que volver a considerar para obtener su sanción definitiva.

Así, antes de activar el tratamiento con modificaciones las conducciones de las Cámara acordaron que como ambas estaban convocadas para el mismo día, Diputados lo trataba primero y lo giraba para que ese mismo día lo sancionara el Senado. Algo que no ocurrió, por cierto. La grieta se abrió porque el Senado sesionó antes que Diputados y dio por terminada la sesión sin más trámites, minutos antes de que empiecen a sesionar en el recinto de al lado. En los pasillos de la Cámara Baja, molestos, lanzaron una advertencia: aseguran que “no olvidaran fácilmente la actitud frente a los acuerdos parlamentarios de los señores senadores”. La tensión que espera escondida en la sombra.

Escena 2: el desconcierto en el sciolismo con Mariotto

El Senado dejaría su propia sorpresa invernal. En su sesión resolvió requerir la presencia de tres ministros del gobierno bonaerense a raíz de su rechazo a la sentencia judicial que determinó 89 víctimas fatales en la inundación de La Plata del 2 de abril del 2013. La situación dejaría postales para el recuerdo. Con la presencia en los palcos del juez en lo Contencioso y Administrativo Nº 1 de La Plata, Luis Arias, se aprobó la resolución para que el jefe de Gabinete, Alberto Pérez; el ministro de Justicia, Ricardo Casal, y el de Infraestructura, Alejandro Arlía, concurran al Senado provincial para que presenten sus fundamentos sobre la apelación del fallo de primera instancia que la Cámara en lo Contencioso y Administrativo finalmente se desestimó. Desconciertos en el parlamento que resonaron en Gobernación.

La noticia no cayó bien en el sciolismo. En los principales despachos de calle 6 y en los legisladores de la tropa del Gobernador, como el resto de los integrantes del bloque del Frente para la Victoria, se enteraron de la iniciativa una vez que los legisladores estaban sentados en sus bancas para el comienzo de la sesión. Una vez en el recinto, el propio Mariotto sorprendió a más de un presente con la noticia de que se pondría a consideración la convocatoria de los tres ministros bonaerenses. Si bien en el sciolismo intentan bajarle el tono a la convocatoria, el malestar fue general. Sin embargo, argumentan que “confían en que ese pedido no cobrará mayor relevancia” por el receso invernal que tendrá la Legislatura hasta la segunda semana se agosto. Pese a esa pequeña tranquilidad, no ocultan su sorpresa por cómo se dio la situación. Confusos, muchos recuerdan que Mariotto “habla todos los días con el gobernador”, pero destacan asombrados que la convocatoria a los ministros “ni siquiera fue anticipada”. El aviso que nunca llegó.

En los pasillos del Senado la sorpresa también fue el principal plato del menú de esa jornada. Muchos legisladores del Frente para la Victoria aseguran que la presidenta de bloque Cristina Fioramonti “tampoco estaba enterada del asunto” y lo supo recién minutos antes de asistir -junto a todos los otros titulares de bancada- a la reunión de Labor Parlamentaria en la que se definió la requisitoria. Otros, más desconfiados, especulan que la movida la cerró Mariotto con el titular del bloque del Frente Renovador, Jorge D’Onofrio. El desconcierto se agudizó por la actitud que tuvo el vicegobernador al terminar la sesión. Al retirarse del recinto no quiso referirse a cómo se gestó la movida y tan sólo dijo que fue una decisión de los jefes de bancada y que él “no participó de la reunión de Labor Parlamentaria”. Malestar y recelo en el oficialismo.

La apertura de los canales para el requerimiento a los ministros que brindó Mariotto molestó al sciolismo, pero molestó más la presencia de Arias en los palcos del Senado y la foto que -una hora antes de la sesión- Mariotto publicó en su cuenta de Twitter junto al magistrado en su despacho del Senado. Se sabe que Arias es una vieja espina en el pie para calle 6. Sus distintos fallos contra políticas de la administración de Daniel Scioli y sobre todo porque el juez platense fue es el que protagonizó la investigación sobre el número de fallecimientos de la inundación y terminó sentenciando que fueron 89 las personas fallecidas, son situaciones que desde la tropa sciolista provocan resquemores. La foto con Arias y su presencia en la aprobación del requerimiento de los ministros fueron un trago amargo para el sciolismo. Más desconcierto con Mariotto.

Escena 3: la fuga de un aliado, o no tanto…

Ni al Frente Renovador de Sergio Massa, ni al Pro de Mauricio Macri les gusta recordar su alianza electoral de las legislativa del 2013. Reniegan, mastican bronca, se lamentan por consensuar en un mismo espacio, que a menos de un año después muestra a ambos espacios en veredas opuestas. Esa alianza, se plasmó es una esporádica conjunción de un bloque único entre ambos colores políticos. El objetivo de disputar la presidencia en el 2015, anticipó lo que todos ya sabían: la ruptura paulatina de ese acuerdo. Matrimonios cortos por conveniencia.

En la arena bonaerense el primero que dio el paso cantado fue el diputado Orlando Yans. La mañana del jueves se empezó a saber que el legislador pegaría el portazo al massismo y volvería a armar un bloque Pro, más bien un unibloque. En los despachos del massismo en Diputados, incluso muchos no estaban enterados de la movida. Preso de los anticipos periodísticos, Yans -oriundo de Pergamino, hombre cercano a Daniel Angelici, el catastrófico presidente de Boca Juniors- no tuvo más opción que confirmar su ida mediante un escueto tweet: “El Pro estrena bloque en pcia. De Buenos Aires. #macripresidente”. Horas más tarde, mediante una gacetilla oficial de la Cámara de Diputados se ampliaría la novedad. Métodos de fugas en distintas formas.

Según algunas fuentes, la partida Yans estaría vinculada a la dinámica propia de Diputados, donde “la falta de contención del bloque” y “promesas incumplidas al momento de conformarse el espacio”, fueron los “motivos” para su alejamiento. Con la fuga de ahora único integrante del bloque Pro en la Cámara Baja, las proporciones son las siguientes: son cuatro unibloques Lealtad Peronista, Unidad Popular, PRO y el FIT. En las bancadas masivas se encuentran el Frente para la Victoria con 42 integrantes, el Frente Renovador con 22, el FAP con 9, la UCR con 8, Unión Celeste y Blanco con 5 y Nuevo Encuentro con 2.-