viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Panorama Bonaerense | 24 ago 2020

Bitácoras bonaerenses

La grieta pide más protagonismo en el escenario de la “nueva normalidad”

Con una cuarentena flexibilizada por los gobiernos y por el accionar ciudadano, la discusión política vuelve a poner en escena la polarización de posturas duras.


“La cuarentena hace mucho tiempo dejó de existir”, dijo enfático y molesto Alberto Fernández el viernes 14 de agosto, en el anuncio que hace cada 15 días sobre la pandemia en el país. Las palabras del mandatario tuvieron varios componentes de contexto: el Comité de Expertos que, días antes, le recomendó dejar de usar la palabra “cuarentena” y optar por el “distanciamiento social” o la “responsabilidad social”; la flexibilización de la cuarentena que de hecho realizó gran parte de la población en el AMBA y un agotamiento social y político de ese recurso, que el 20 de agosto -con sus matices- cumplió cinco meses. ¿La cuarentena no existe más? Si cualquier ciudadano de La Plata, el Conurbano o CABA caminó por las calles y plazas este fin de semana, responderá sin dudar: “No, no existe más”. De la mano de los “días primaverales” y las aperturas que autorizó Nación en conjunto con Provincia y Ciudad, sumado a las que fueron un poco más allá en varios municipios bonaerenses, la postal del AMBA es que la gente comenzó a circular casi como en tiempos de la prepandemia. Pero si uno observa en mapa completo, podrá ver (el presidente lo dijo en su último anuncio), que al Coronavirus ya “no es solo un problema del AMBA”. De hecho, los datos demuestran que en el Interior del país y de la Provincia de Buenos Aires, los casos van creciendo a ritmos elevados. La cuarentena, por esos lados sigue y muy fuerte. El triste caso de Solange Musse, la joven que murió de cáncer en Alta Gracia (Córdoba), sin poder ver a su padre, es un ejemplo claro. Las dos postales de la pandemia.

Pero se sabe, que las miradas y el juego político están apuntados, casi siempre, a un centralismo porteño-bonaerense, donde reside obviamente la mitad de la población del país. Desde el anuncio del 14 de agosto, Alberto, Axel Kicillof y gran parte del Frente de Todos, decidieron focalizar la batalla política sobre los hechos que ocurren en este tan mentado AMBA. Sin una presunta cuarentena en esta zona, ahora las luces están puestas sobre esa veterana protagonista que en la última década siempre pidió pista: la grieta. En la mayoría de los anuncios que hizo el tridente de porteños Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, el gobernador bonaerense siempre fue el que apeló más a usar la grieta al momento de dar su discurso, gesto que incluso generó el enojo del jefe de gobierno porteño, que con el paso de los anuncios, logró que disminuyeran las menciones directas o indirectas, pero sin que estás sean eliminadas. Dato no menor, el viernes 14, Kicillof apeló a la grieta cuando dijo que “angustioso no es no poder jugar al golf, es que no se terminen las camas (de terapia intensiva)”. La marcha opositora del #17A aceleró el recurso de la grieta. Funcionarios de la Casa Rosada salieron muy duros a condenar las movilizaciones y el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, las tildó de “imágenes patéticas”, mientras del otro lado, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, el ala dura de Juntos por el Cambio, celebraban el “éxito” de la protesta. El dato del golf no es menor, dado que en los debates del microclima de Twitter, hasta ese momento pedir por deportes individuales era ser un “opositor al gobierno”. Sin embargo, en un extraño giro, un día después que los principales ministros de Kicillof repudiaran a los intendentes que permitieron en Fase 3 deportes individuales, informaron sobre el decreto provincial que autoriza en todo el territorio bonaerense esa actividades, entre las cuales, está el golf. Retórica y contradicciones.

Hasta en el caso de la desaparición de Facundo Astudillo Castro la grieta hace su juego. Mención aparte, es la siempre polémica postura del ministro de Seguridad, Sergio Berni, quien contradice las palabras de Cristina Castro y su abogado, pero no dudó, también, en contraponer su visión sobre la marcha del #17A a la que marcaron desde Nación y Provincia: “Las críticas hay que escucharlas”, remarcó. Distinto análisis al que el propio Kicillof expuso horas después, cuando calificó la marcha de un “aluvión psiquiátrico”. Sin una presunta cuarentena en el AMBA, el conocido recurso de la grieta parece ser la herramienta a mano para hacer política. Este viernes, Alberto realizó un gran anuncio en medio de un año complicado: mediante un DNU declaró servicio esencial a internet, el cable, y la telefonía (fija y celular). No solo eso, congeló las tarifas hasta el 31 de diciembre y devolvió al Estado Nacional su rol de ente regulador sobre estos servicios. Una gran medida, sin dudas, que en tiempos de pandemia y con la tecnología como herramienta fundamental merece ser resaltada. Pero el poder de esa medida fue rápidamente opacado, cuando este domingo el presidente, en una entrevista a Radio 10, apuntó sus cañones a Mauricio Macri, de la mano de la mencionada grieta: “A la Argentina le fue mejor con el coronavirus que con el gobierno de Macri”, lanzó, en palabras que provocó la reacción de esa porción de votantes duros de Juntos por el Cambio, así como de los referentes duros y moderados de ese espacio. Al final, un fin de semana, donde el foco podría estar puesto en una gran medida, terminó estando en otro capítulo de la grieta. El reiterado recurso político.

La “nueva normalidad” está en marcha y la grieta pide más protagonismo de cara al último tramo del año, donde la discusión se pondrá más picante en todo el escenario político. Toda la clase política, a viva voz o en privado, es consciente de que el cercano 2021 tendrá elecciones legislativas fundamentales para el futuro de los proyectos políticos de los dos espacios que hoy protagonizan la grieta. Por ahora, el juego parece estar centrado en conservar y satisfacer a los núcleos duros de ambos espacios. Asoman pensamientos e intenciones que proponen “superar la grieta”, pero el pasado reciente avisa que esas posturas fueron devoradas por el rigor de la grieta.-

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