martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº3685

Política | 10 oct 2013

Opinión

Kirchner quiere dividir lo que la bronca une

Debilitado por el fracaso de su política de cargar la crisis sobre el pueblo, y por la lucha obrera, campesina y popular, el gobierno adelantó las elecciones y la candidatura de Néstor K.


Por Ricardo Fierro (*)
Especial para ANDigital

Lo de abajo quema

Con el proyecto de adelantamiento de las elecciones al 28 de junio, y la candidatura de Néstor Kirchner a la cabeza de la lista de diputados en Buenos Aires, el gobierno busca retomar la iniciativa y huir hacia delante de los problemas que lo acosan: el amplio rechazo a la política kirchnerista de descargar la crisis sobre los trabajadores, los campesinos y el pueblo.

En la semana pasada, mientras la Comisión de Enlace realizaba el acto en Córdoba, opositor y con tintes electorales, desde abajo le marcaron la cancha, al gobierno y a sus dirigentes, con asambleas y cortes de ruta, organizados en muchos casos por multisectoriales en las que se han unido trabajadores de la agroindustria, la alimentación, y rurales, con los chacareros autoconvocados y corrientes combativas de las organizaciones agrarias, las cámaras de comercio y de las Pymes locales, intendentes y dirigentes políticos. Desde abajo, los autoconvocados metalúrgicos de la agroindustria participaron en esos actos y cortes en Santa Fe, con sus propios reclamos; incluso con la chiflatina a dirigentes conciliadores con el kirchnerismo que intentaron participar.

El dirigente de Uatre, “Momo” Venegas, debió reconocer que los rurales están en la lucha agraria (Clarín, 15/3).La confluencia obrero-campesina-popular, que se dio en Villa Constitución, la semana pasada se produjo en más de 20 localidades de provincias. También en La Plata, con los medieros de ASOMA acompañados por la multisectorial en defensa de los recursos naturales, junto con la CCC, docentes de la Azul y Blanca y estudiantes de la CEPA. El martes, al cierre de esta edición, hacia la puerta de General Motors de Rosario confluirán los chacareros del sur de Santa Fe, obreros de la agroindustria y rurales, y otros sectores populares. También en Entre Ríos, después de una gran marcha popular, se va a concentraciones, al calor de las multisectoriales que se multiplican. En Buenos Aires, Córdoba y otras provincias, también está esa voluntad combativa. Hay total desconfianza en la negociación; se preparan para quedarse en las rutas. Sigue el paro de los docentes; en Río Negro ya llevan 3 semanas y mantienen los cortes de ruta. En Jujuy se desató una gran lucha de estatales y docentes, que fueron reprimidos por el gobierno. El martes 17 estarán en las calles de la ciudad de Buenos Aires la Comisión Interna de Terrabusi-Kraft, obreros de la carne, portuarios, los Desocupados de la CCC, el FTV disidente y el MTD Matanza, los jubilados del MIJP-CCC, y delegaciones de la CGT Azul y Blanca y la dirección nacional de la FUA, etc. Y por la tarde, se hará una nueva marcha del agrupamiento multisectorial contra los tarifazos, en la que participan vecinos autoconvocados, la CCC, la CTA, etc.


Rápido y furioso

El kirchnerismo adelanta las elecciones y Néstor K se lanza al ruedo electoral para frenar el crecimiento de la rebelión obrera, campesina, federal y popular a su política de hacerle pagar la crisis al pueblo. Está fracasando en ese intento. Y se juega el todo por el todo a dividir por sus posiciones electorales a lo que se va uniendo en la bronca, la lucha y las multisectoriales.

Plebiscitándose Néstor Kirchner quiere confrontar con las luchas obreras contra despidos y por salarios; con las de los desocupados contra el hambre; con las de los jubilados asqueados del uso de los fondos del Anses; y con la nueva vuelta de la rebelión agraria y federar la gravedad de la situación social fue recogida por el cardenal Bergoglio, que señaló “el escándalo de la pobreza y la exclusión social”.

Cuando estalló la crisis anterior, aunque en definitiva la pagaron los trabajadores con la devaluación, el Argentinazo permitió arrancar conquistas que paliaron la dramática situación de los de más abajo: dos millones de planes sociales, entre otras cosas. Este gobierno, frente a una crisis mayor que la anterior, mantiene planes que son apenas el 10% de la canasta básica. Paga la deuda pública a costa del hambre del pueblo, por eso es justo llamar a este gobierno hambreador y entreguista.

Otra razón de la jugada electoral es que la derrota política con la circular 125, el estallido de la crisis, y la realidad de que el Anses engordado por las AFJP no es un barril sin fondo, achicaron la “caja K”. Con la rapidez con que avanza la crisis, esa “caja K” no llega a octubre. Kirchner quiere pasar las elecciones rápido para hacer “un ajuste”, a fondo, después. Además, golpeado por las elecciones en Catamarca, el gobierno busca maniobrar aprovechando las contradicciones dentro de la oposición burguesa. Sobre todo en Buenos Aires, y en especial en el Conurbano bonaerense, al que considera su “tabla de salvación” electoral: ya prometió $ 5.000 millones a los intendentes (como se sabe, para Néstor Kirchner la ideología y la política son la billetera).

De hecho, Mauricio Macri le dio una mano a Kirchner al adelantar la fecha electoral en la Capital Federal. Lo que está por verse que qué harán los sectores que vienen trabajando para un “poskirchnerismo” contra los Kirchner. Como el kirchnerismo los considera “creaciones” del grupo Clarín, busca polarizar con ese holding, al que quiere recortarle el poder con una nueva ley de radiodifusión. También, con su jugada, el kirchnerismo trata de frenar la fuga de aliados.

Ante la certeza de ser derrotado en la Capital Federal y Córdoba, busca no quedar “al desnudo” en Santa Fe, en donde el socialismo tiene el gobierno y el PJ está en manos de Reutemann. Además, luego del fallo sindical de la Corte Suprema, y con las decisiones de Ocaña sobre el manejo de los fondos de las obras sociales (que negocia con Cavalieri), hay tensiones en la relación entre el gobierno y Moyano, cuya fidelidad ha sido hasta ahora la clave para frenar luchas del movimiento obrero (al igual que Yasky para trabar la lucha nacional docente).


Un camino abierto

Hemos venido insistiendo en que dividir a las fuerzas en lucha por posiciones electorales era un error, en momentos en que la cuestión central es la unidad para la lucha contra la política kirchnerista que descarga la crisis sobre el pueblo.

Los hechos han demostrado que esa posición del PCR era justa: ahora el propio Kirchner sale a la cancha con su proyecto de adelantamiento de las elecciones, buscando dividir todo lo que se ha ido uniendo. Lo dijimos en relación a quienes trataban de “postergar” la lucha agraria y llevarla a un terreno legislativo y electoral, retrocediendo de la experiencia de esas masas en los cortes de rutas y puebladas, los piquetes, la democracia asamblearia y las multisectoriales.

También lo dijimos para las fuerzas de izquierda que tratan de ilusionar a las masas con candidaturas, sin señalar lo esencial: solo en el Gran Buenos Aires, Néstor Kirchner gastará en su campaña $ 5.000 millones; y nacionalmente manejará el centro de cómputos, tendrá en sus manos la designación de las autoridades de mesa, y contará con el aparato borocotizado del PJ. No es el caso de los cuzcos funcionales al kirchnerismo, como la dirección del PO. Antes acusaban al PCR de “inventar” la confluencia obrero-campesina en Villa Constitución, y ahora que se multiplica en más de 20 localidades, trabajan abiertamente de “bomberos K” para impedir esa confluencia: “Ningún trabajador puede secundar esa causa (la de los chacareros) que va contra la clase obrera y está condenada al fracaso” (Prensa Obrera, 12/3). Kirchner no lo diría mejor. Pese a todo, el gobierno está tan débil, que no tiene ninguna garantía de éxito en su jugada. Las luchas del movimiento obrero contra los despidos y por medidas contra la crisis, la nueva vuelta de la rebelión agraria y federal, los avances del movimiento estudiantil, la lucha contra el hambre, la carestía y los tarifazos, y la tendencia a la confluencia multisectorial, son ya un camino abierto, comprobado y con futuro. Hay muchas contradicciones por arriba, que la clase obrera y el pueblo pueden aprovechar a su favor para desplegar la lucha; y acumular fuerzas para que la crisis la paguen los que se enriquecieron a costa del hambre del pueblo.

En todo el país, organizaciones unitarias como Memoria, Verdad y Justicia, preparan grandes actos para el 24 de marzo, contra los genocidas de ayer y la represión de hoy. También, marchamos a un nuevo 2 de abril.

Es la debilidad, y no la fuerza, la que empuja al kirchnerismo a adelantar los tiempos. Es un desafío, para los trabajadores y el pueblo, avanzar por el camino del Argentinazo y la rebelión agraria y federal. Multiplicando las luchas, haciendo brotar multisectoriales en todo el país que creen las bases de un centro coordinador nacional, obrero, campesino, estudiantil y popular; que pueda ser la base de un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, con un programa anticrisis que garantice pan, trabajo, techo, salud, educación, tierra, libertad e independencia nacional.

El proyecto kirchnerista de adelantar las elecciones y la candidatura de Néstor Kirchner empuja el país hacia un desenlace. Vamos a grandes tormentas. Navegar esas aguas exige recuperar los cuerpos de delegados y demás organizaciones de los trabajadores, para que la clase obrera pueda jugar su rol hegemónico. Y fortalecer al PCR para esos combates.-

 
(*) Columnista político de ANDigital y el semanario HOY del PCR.

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