¿Y por casa cómo andamos?

Por Luca Stecco

Estamos ante el más alto y crudo nivel de cinismo por parte del presidente Mauricio Macri, quien se muestra permanentemente pendiente de lo que sucede en Venezuela, llegando a reconocer al autoproclamado Juan Guaidó como mandatario.

El líder PRO afirmó más de una vez que en el país hermano hay presos políticos y está vulnerada la libertad de expresión.

Llama la atención que esto se diga desde el país donde la dirigente social Milagro Sala permanece presa hace ya tres años, sin pruebas. En cuanto a la libertad de expresión, la cifra de despidos en el sector de prensa ya supera los 3 mil en todo el país desde que asumió este Gobierno, incluyendo los dilatados conflictos en la Agencia Télam y TV Pública.

Quienes repiten el discurso oficial suelen señalar, además, la supuesta corrupción de la gestión chavista, omitiendo el escandaloso caso de Panamá Papers, en el que el presidente Macri figura con cuentas offshore. O el blanqueo de capitales que le permitió a su hermano sacar de la informalidad 63 millones de pesos, gracias a la modificación por decreto de la ley votada en el Congreso.

Por último, los grandes medios nos llevan a voltear la cabeza para observar lo que sucede en otro país, al mismo tiempo que cien mil usuarios de Capital y Gran Buenos Aires sufren y sufrieron cortes de luz por parte de empresas manejadas por amigos del Jefe de Estado. De la crisis en Venezuela a la dura realidad argentina, sin escalas.-