viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Política | 18 abr 2020

Opinión

Metamorfosis: El Estado, de gusano a mariposa

Es notable el cambio de pensamiento en países de neto corte liberal. Antes criticaban al Estado como si fuera un gusano y ahora claman por su ayuda. Es que el miedo no es sonso.


“Todas las medidas emprendidas en nombre del «rescate de la economía» se convierten, en medidas que sirven para enriquecer
más los ricos y empobrecer más a los más pobres”.

Zygmunt Bauman, sociólogo contemporáneo

Saliendo del infierno. Terminada la II Guerra Mundial, los ferrocarriles metropolitanos ingleses estaban fundidos, la deuda era astronómica. Se hizo cargo el Estado ergo, todos los ciudadanos comunes pagaron durante unos 18 años la deuda, cuando comenzaron a dar superávit, los privados reclamaron por el mal servicio que prestaban hasta que lograron recuperarlos. El estado de bienestar europeo no fue casualidad, lo dieron por el miedo que representaba la vecina Rusia Soviética. Cuando cayó el Muro de Berlín se unificó Alemania y desapareció la URRS, las grandes corporaciones ya no estaban en peligro ante el comunismo, entonces no estuvieron dispuestos a resignar ganancias y quisieron privatizar todo. Hasta la seguridad social y la salud.

La próxima confrontación. ¿Sobrevivirán las sociedades libres en 1989? Escribían en 1978 Felipe de Edimburgo y otros, donde clamaban por la reducción de los beneficios sociales, la privatización de la salud y otras empresas estatales, criticando tenazmente “el mal funcionamiento”. Había que privatizar. La Guerra de Malvinas no fue una casualidad, había que apoderarse de Argentina y privatizar todo por chauchas y palitos y remitir así las ganancias al Reino Unido. Traidores a la patria siempre hubo: Menem, Pinedo, Erman González, Mingo Cavallo, Martínez de Hoz, Macri, Triaca. Idiotas útiles también: Videla, Agosti, Massera, Costa Méndez, Camps, etcétera. Ordeñar a la vaca lechera hasta secarla, para eso es la deuda externa tomada a sabiendas por el bruto que dicen que es Ingeniero. Los países centrales tenían sus colonias y formas variadas de estados -políticamente independientes desde lo formal, pero envueltos en la red de dependencia diplomática y financiera. Nuestra Patria, era uno de esos Estados que trataban de librarse de ella.

La dependencia permanente. La manera clásica de sostenerla es la deuda. Siempre los traidores a la Patria emplearon esa herramienta, desde Rivadavia hasta la fecha. Macri no podía ser la excepción. El y su cohorte de serviles no escatimaron esfuerzo en endeudar el país, destruir la industria nacional e instituciones estatales (el ahora tan importante Instituto Malbrán, entre otras). La supremacía del usurero sofoca el vuelo del espíritu nacional. El deseo superlativo de los negocios personales lo llevó al bruto del expresidente a atacar a la ciencia, motor intelectual y práctico del progreso de las sociedades. Todavía no se percató que todo quedará en la superficie la tierra, mientras él esté debajo contaminándola.

El agotamiento del sistema. Los abusos del capital privado en la explotación de servicios públicos subordinan el interés general al interés particular; haciéndolo a este dueño de posiciones en que, una vez establecido, costará desalojarlo. El privado aplicará toda su energía e inteligencia para acrecentar sus ganancias y a perpetuarse en su posición, sin mejorar los servicios, no invertirá nada como está demostrado. Agreguemos fugar capitales, evadir impuestos o dibujar pérdidas. No están exentos de complicidad de políticos, ya sea por interés particular o de partido; lecciones que no fueron aprovechadas, un mal que aun no se ha podido arrancar de raíz. Las virtudes ciudadanas han demostrado ser sólidos que se disuelven en alcohol o dinero.

Pedir a gritos un cambio. Días pasado el periódico .Financial Times, al que no se puede acusar de kirchnerista, ante la crisis de los mercados y el desastre económico causado a nivel global, reclamaba dejar atrás las políticas económicas de los últimos 40 años. El Estado debía volver a ser el regulador de la vida económica de los países, tener industrias básicas, explotar recursos naturales, entre otras cosas. En buen romance, armaron un desastre imposible de reorganizar por parte de los privados; en síntesis: pidieron la escupidera. Todo lo disparó la portentosa deuda impagable de los Estados emergentes y un ser microscópico llamado coronavirus. Él puso fin al sentimiento de inmortalidad a los estúpidos bípedos que creían poderlo y saberlo todo. Hay que transformar ahora, al gusano en mariposa, que el Estado tome el mando real del gobierno de la Patria. Recordemos que el dinero y el poder, no es para cualquiera. ¿Ud. qué piensa ciudadano?

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