viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Política | 26 sep 2020

Opinión

Lo que no existe

Mientras sectores de la oposición desarrolla una intensa campaña de difusión de noticias falsas, incentiva manifestaciones en plena pandemia y obstruye las labores del Congreso, entre otras artimañas, el Gobierno avanza en el proteccionismo de su industria para el desarrollo y la exportación.


“Si se quiere el juicio unánimemente favorable, es preciso morirse o ser imbécil”
Manuel Prado. Militar y político argentino (1863-1932)

Situación actual. La puja entre los que perdieron en octubre de 2019, la oposición (política, mediática y judicial) con rabia y desconsuelo interminable, está desarrollando una intensa campaña de difusión de noticias falsas, manifestaciones, obstrucción de labores del congreso, etc., como nunca ha sucedido. La mezcla de acciones en las que predomina el odio irracional, trata de empujarnos hacia el vacío y/o disolución de la Patria. Pretenden llevarnos a ser la Fenicia o Cartago sudamericana. El bombardeo continuo con la colaboración de personajes fuera de época, responsables de la destrucción del país en los 90, que hablan como si fueran impolutos. A duras penas el nuevo gobierno ha tratado desde el inicio solucionar los cuasi infinitos problemas agravados y producidos por la gestión anterior.

Política definición. “El arte de gobernar” o “el conjunto de medidas mediatas e inmediatas para lograr un fin determinado”. Las “transformaciones” de Mauricio Macri y secuaces terminaron en el desastre que estamos viviendo. El cambio brusco termina en fracaso, el cambio gradual conduce al éxito, algo que los codiciosos no entienden. Solo se puede pasar a un sistema liberal si existe una industria desarrollada y competitiva que fabrique calidad, cantidad y precio, algo que lleva tiempo y no, solo vender alimentos y materia prima. Acá, compraron la idea liberal según conveniencia de unos pocos obeliscanos (y del RU), y el resto… ¡que reviente! La importación sin límites produjo la destrucción de la industria local, la miseria y el hambre.

Proteccionismo. Es la política económica de restringir las importaciones de otros países a través de métodos tales como aranceles sobre los bienes importados, cuotas de importación y una variedad de otras regulaciones gubernamentales, encareciendo así dichos bienes de modo que no sea rentable adquirirlos. Los defensores afirman que las políticas proteccionistas protegen a los productores, empresas y trabajadores del sector que compite con las importaciones en el país de los competidores extranjeros.

El libre comercio. “Estimula a la industria desarrollada y mata a la naciente”. Una definición de Dr. Carlos Pellegrini. Esto tiende a encerrar a los países pobres en los bajos salarios de las industrias extractivas y agrícolas existentes. Estos países, no podrán industrializarse. Por lo tanto, el mayor acceso al competitivo al mercado mundial y los beneficios de la liberalización del comercio benefician solo a un pequeño grupo de naciones cuyas industrias ya son competitivas. “El libre comercio significó para el Tercer Mundo la aceleración del subdesarrollo económico”. La destrucción de la industria local, la desocupación, empobrecimiento masivo fue el resultado de esta política.

Análisis. Como se puede observar, ninguno de los dos sistemas es perfecto, ambos tienen ventajas y desventajas. Una determinada política no es para siempre, la misma es una herramienta que tiene un tiempo de duración, acorde con las necesidades del país. Ningún país se hizo rico y poderoso con la industria agroganadera y la venta de materias prima. El caso modelo lo representa el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Primero fue agrícola, sus carencias impulsaron a la industria manufacturera; sus productos de valor agregado les sirvieron para aumentar su riqueza, ésta, para organizar la economía en una etapa superior. Vendían productos caros y compraban baratos, entre ellos alimentos. Se hizo librecambista con una industria desarrollada y volvió al proteccionismo cuando las circunstancias lo aconsejaban, llegando a ser potencia políticamente hegemónica por su industria manufacturera.

Conclusión. No hay duda que la Argentina en esta etapa debe ser proteccionista para completar su desarrollo industrial y ser independiente de verdad. Aunque no le conviene a “los locales de siempre” y a los de afuera, optando por ese camino se restablecerá el bienestar general con esfuerzo y trabajo. Las dos corrientes político económicas tienen un sinnúmero de variantes, con sus detractores y defensores (según convenga), porque hay intereses opuestos. Por lo tanto, lo que no existe es el pensamiento único que solucione todo.

Ud. ciudadano, ¿qué piensa? ¿Todavía cree que Macri y los suyos le regalarán bienestar sin trabajo? Piense, que no se le va a herniar el cerebro.-

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