viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Política | 31 ago 2021

Mesa chica

Por graves irregularidades, es inminente la anulación de la Asamblea de CAME

Tras perpetrar el “PyMEcidio” con la complicidad de la gremial empresaria, el macrismo intentó en una turbia asamblea retener la conducción de la entidad. El camino inexorable es el de la anulación de ese acto administrativo.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) La Cámara Argentina de la Mediana Empresa atraviesa desde hace unos años a esta parte una deriva que parece no tener fin. Desde que el macrismo -con el poder de los diferentes resortes del Estado- consiguió durante su Gobierno hacerse de la conducción de la entidad, la situación en la gremial empresaria PyME más importante del país no para de deteriorarse.

Uno de los primeros objetivos de la gestión cambiemita fue el apoderarse de CAME. Necesitaba una conducción que no levantara la voz frente al cierre masivo de PyMEs que se iba a desencadenar con las políticas que implementaría.

Por eso, el expresidente Mauricio Macri puso en ese tristemente célebre listado de personas que él consideraba que debían “ser subidas a un cohete y mandarlas a la luna”, a empresarios a los cuales les debía dinero, sindicalistas que luchaban por los derechos de los trabajadores, militantes de derechos humanos, periodistas críticos, dirigentes sociales y al constructor de la CAME, Osvaldo Cornide, quien ya había demostrado que no se iba a quedar callado.

Así, la Cámara fue una de las prioridades macristas y uno de los primeros espacios donde mediante una asamblea amañada consiguió hacer pie.

Los dirigentes que reemplazaron a la conducción de Cornide dejaron de velar por los intereses de las PyMEs, callaron frente a las políticas antisectoriales y pasaron a velar por los intereses de Mauricio Macri y su Gobierno, administración que desencadenó el mayor cierre de PyMEs de la historia argentina, superando -con creces- a la dictadura y al menemismo.

Mientras las PyMEs cerraban por la política gubernamental que priorizaba la timba financiera, la fuga de capitales y el colosal endeudamiento que hoy condiciona la vida de todos los argentinos, los dirigentes de CAME, los mismos que hoy intentan perpetuarse en la conducción de la gremial empresaria, se fotografiaban sonrientes con Macri, Nicolás Dujovne, Elisa Carrió y compañía.

Estos dirigentes que se quedaron con la conducción de CAME, de la mano de la justicia macrista y a espaldas de las bases que respaldaban a Cornide, callaron acerca del cierre masivo de negocios, lograron ubicar como interventor de la obra social OSDEPYM al devenido en macrista, y entonces, secretario general de CAME, José Bereciartúa, y le dieron todos los negocios de tercerización a nada más y nada menos que Carlos Grosso, exintendente echado por corrupción, que cumplió una condena de prisión efectiva y que se convirtió en integrante de la mesa chica de los negocios del macrismo y es uno de los mayores exponentes de la corrupción argentina.

La dirigencia macrista de CAME no para de sumar denuncias desde adentro y desde afuera, conflictos con las bases y graves problemas con la justicia, fuertes cuestionamientos internos, una pelea áspera con el Gobierno nacional y ahora una elección de autoridades cuestionada por donde se la mire y que, inexorablemente, será anulada.

Varias fuentes involucradas señalan que “nunca había sucedido algo semejante”. Tal cual se había anunciado desde distintos sectores y por parte de diferentes medios, se proscribieron todas las listas opositoras, y la conducción rotó cargos, poniendo como presidente a una persona que secundó a José Bereciartúa en la intervención de OSDEPYM, y donde fueron echados los dos, por graves denuncias de corrupción. La Asamblea que eligió a las nuevas autoridades de CAME, será anulada por la justicia, en forma inminente por la justicia, “por carecer de legalidad y legitimidad”.

Vale reseñar que la asamblea del 19 de agosto debía renovar las autoridades de la principal gremial empresaria PyME. Las bases exigían hace mucho un cambio. No podía ser que los mismos que aplaudieron el “PyMEcidio” macrista, condujeran la organización cuando se trata de reconstruir a las PyMEs en la pospandemia.

Sin embargo, los mismos que aplaudían el cierre de pequeñas empresas, los discursos de Macri y las medidas de su equipo económico, se aseguraron de proscribir todo intento de lista opositora y quedarse al mando rotando cargos, ubicando en la presidencia a quien el macrismo había puesto como segundo del interventor en OSDEPYM, en la gestión de José Bereciartúa, que fue echado por el propio Macri, luego de la enorme cantidad de denuncias de corrupción.

Esas demandas iban de contratación de empresas de su familia, fraude electoral documentado, compras sin licitación a precios astronómicos, nunca haber presentado balances, hasta pagos a sus propios abogados con fondos de la mutual. Alfredo González el nuevo presidente de CAME, secundaba al echado interventor José Bereciartúa, y tuvo que irse con él, cuando el mismo macrismo los echó.

En esta elección, el oficialismo de CAME, que le responde al expresidente Macri, proscribió a la lista que podía derrotarlo legítimamente, el Frente Federal PyME. Las razones de la impugnación no admiten el menor nivel de seriedad. Las actuales autoridades siempre supieron que sí competían contra una nómina que representara a las PyMEs y no al macrismo, el riesgo de perder la conducción era muy grande.

Hace un año, la Inspección General de Justicia ya había anulado la asamblea por graves irregularidades. La Cámara en lo Contencioso Administrativo había rechazado la apelación de la entidad y le hizo un fuerte llamado de atención al presidente, Gerardo Díaz Beltrán.

Voceros sectoriales dieron cuenta que “la actual conducción pretendió aquella vez como hoy también, designar autoridades sin mostrar balances y memorias desde 2019 como exige el Estatuto”.
Y desde la cúpula de CAME rechazan todo intento de presentar una oposición, hoy proscripta. (ANDigital)

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