sábado 21 de septiembre de 2024 - Edición Nº3836

Policiales y Judiciales | 22 may 2024

Mar del Plata

Lavado de activos manchados de sangre: condena histórica a los hijos de un represor

Es la primera vez que se realiza un juicio por “lavar dinero” robado a una víctima de la última dictadura cívico-militar. Los hijos del genocida Miguel Save, integrante de la patota de Aníbal Gordon, deberán pagar más 40 millones de pesos.


Marcelo Leonardo, María Natalia, María Eugenia y Ana María Save, hijos del genocida Miguel Save quien fuera integrante de la llamada "Patota de Aníbal Gordon" fueron condenados por el delito de lavado de activos y deberán pagar más de 10 millones de pesos cada uno de ellos.

Lo dispuso el Tribunal Federal N° 1 de Mar del Plata, que además ordenó que los inmuebles ubicados en Chascomús sean decomisados, y entregados a la Provincia para realice allí tareas vinculadas a la memoria sobre el terrorismo de Estado.

En este sentido, el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Matías Moreno, destacó “el gran trabajo realizado por la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia, en este primer juicio por lavado de activos vinculado con delitos de lesa humanidad, a partir del dinero robado a un desaparecido por parte de un integrante de la patota de  Aníbal Gordon”.

“Es muy importante la cesión de estos terrenos a la Provincia para realizar tareas vinculadas a la Memoria, y así profundizar el camino trazado por el gobernador Axel Kicillof desde diciembre de 2019, en políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Esto ocurre a pesar de que el gobierno nacional intenta negar los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura”, completó el funcionario.

El represor Leonardo Miguel Save, integrante de la patota que dirigía Aníbal Gordon que operaba en el centro clandestino “Automotores Orletti”, secuestró al dirigente uruguayo Alberto Cecilio Mechoso Méndez en el marco del Plan Cóndor en 1976, le robó más de 2 millones de dólares y con ese dinero, compró estos terrenos en un barrio a la vera de la laguna de Chascomús, donde intentó construir un complejo residencial exclusivo.

En su alegato, la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense, querellante en la causa Save, y la fiscalía habían solicitado condenas de entre tres y cinco años de prisión para los hijos de Save, por entender que no podían desconocer la procedencia de ese dinero.

Las maniobras para el lavado de activos

Durante la investigación se determinó que la compra de los terrenos fue realizada a través de apoderados y nombres falsos. En el año 1999 el represor Miguel Save comenzó a realizar gestiones para poner a su nombre los valiosos terrenos.

Tras su muerte, ocurrida en 2006, fueron sus hijos, hoy condenados, quienes continuaron con esa tarea. En el año 2008 y luego de varias maniobras irregulares, los hermanos Save pudieron escriturar las parcelas, que por decisión de la justicia, quedarán en manos de la Subsecretaría de Derechos Humanos provincial.

“El lavado de dinero es un delito permanente”, sentenció el juez Falcone al leer el veredicto.

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