viernes 26 de julio de 2024 - Edición Nº3779

Policiales y Judiciales | 29 may 2024

Líder de los rugbiers asesinos

Habló Thomsen: acusó a sus amigos, al propio Fernando y dijo que nunca tuvo “ni una tarjeta amarilla”

En un intento por despegarse del crimen, dio nombres de quienes asestaron los peores golpes. “Desde el primer día quise contar todo, pero a mí no me dieron nunca una oportunidad”, puntualizó.


El rugbier Máximo Thomsen habló por primera vez desde la Alcaidía de Melchor Romero, donde cumple su condena perpetua por asesinar a golpes junto a sus amigos a Fernando Báez Sosa, marco en el que ensayó un cuadro de “arrepentimiento”.

“Quiero que si somos culpables de algo, que nos culpen por lo que pasó, no por algo que dicen que pasó. Yo estuve ahí, sí participé, le pegué, pero nunca quise que terminara así”, expresó en declaraciones a TN.

Además, sostuvo que la pelea en el boliche Le Brique empezó porque Báez Sosa le pegó una piña a Matías Benicelli y que luego, ya en la vereda, la víctima les hizo una burla que desencadenó la violencia.

Aunque admitió que participó de la golpiza, aseguró que varios de sus amigos tuvieron esa madrugada un rol fundamental y no dudó en señalar a alguno de ellos: “La primera piña a Fernando Báez Sosa se la pegó Enzo Comelli. Le pegó y yo fui atrás a meterme en el grupo de personas. Empecé a tirar patadas al aire y después me enteré que yo sí le había pegado a Fernando. Es algo que pasó y yo no me voy a esconder. Desde el primer día quise contar todo, pero a mí no me dieron nunca una oportunidad”, declaró.

Luego reivindicó al deporte que practicaba: “Jugué ocho años al rugby y nunca tuve ni una tarjeta amarilla. La violencia en el rugby es cero, tiene muchos valores hermosos, es todo lo opuesto, esto no tiene nada que ver con el rugby, es una cuestión social, que uno sale a la calle y hay violencia, y la violencia siempre trae más violencia”.

En torno a su grupo de amigos, explicó que “era ocasional” y dijo tener “muchos grupos de amigos” que se hizo “siempre con los del colegio y los de la facultad y con este grupo en particular nos íbamos de vacaciones, teníamos un grupo que era para organizar las vacaciones”.

También reconoció que era habitual que se agarren a piñas en las salidas nocturnas: “Sí, pasaba que en Zárate salías al boliche y era muy normal a la salida que haya dos o tres peleas seguro, con baldosas, botellas, cuchillos, armas, era una cuestión difícil. Me he peleado sí, y no es algo de lo que estoy orgulloso y es algo que traté con un psicólogo, no es lindo pero es lo que pasa hoy en día”.

“Yo capaz que veía las peleas esas que había con baldosas y eso sí era chocante, era llamativo, porque uno cree que necesita algo para terminar con la vida de alguien y uno no siente que con las manos, con el cuerpo, se puede llegar a cierto extremo. No, no es algo que tuve presente en algún momento”, acotó Thomsen.

Volviendo a las vacaciones, recapituló: “Nosotros ya habíamos ido dos años a distintas casas y siempre íbamos, era tomar a la tarde y a la noche salir. Ese era el plan inicial. íbamos y nos divertíamos. Tomar alcohol en la playa y después hacer la previa y salir”.

“Todo pasó la segunda noche que estábamos ahí. La primera nos habíamos juntado con un grupo de chicas de Zárate y cuando quisimos salir no pudimos porque estaba todo muy colapsado en Gesell, sólo pasaban los que tenían anticipada, entonces nos quedamos en la casa con ese grupo y bueno a las 5 o 6 nos habíamos ido a dormir, nos habíamos emborrachado, pero nos quedamos ahí. Al otro día nos levantamos tarde”.

Al otro día, “dijimos bueno, vamos a activar de temprano porque sino, nos va a pasar lo mismo y comimos creo que unos panchos en un local que había en la esquina a dos cuadras y preparamos la heladerita y nos fuimos a la playa del centro que es donde se juntaba toda la multitud de pibes a tomar. Habíamos llevado creo que una caja de fernet y cuatro botellas de (vodka) Smirnoff con hielo”, prosiguió.

Ya para las 19 horas admitió que estaban borrachos “porque de la botella no habrá quedado mucho” y completó: “Fui a la casa, llegué con las entradas, habíamos hecho fideos con tuco y nos pusimos a comer mientras organizamos porque ya estaban hablando con otras chicas de Zárate que estaban en una casa donde había muchos grupos de jóvenes que tenían un patio en común y habían organizado entre todos una previa”.

En torno a lo sucedido dentro del boliche, fue poco claro: “Yo eso me lo acuerdo bien. Yo estaba agarrado de la barra. Estaba de espaldas a la pista y siento, ya no era un choque, sino que alguien se me había caído encima y cuando me doy vuelta era Matías que se estaba agarrando la cara”.

“‘Me pegaron’, dice, y ahí al toque lo agarró un seguridad y lo agarra del cuello y lo levanta y yo le digo ‘por favor, bájalo que lo vas a matar’ y me dice ‘¿qué, sos el amigo?’ yo le digo, ‘sí, sí es mi amigo’ y dice ‘bueno, sáquenlo él también’. En ese momento yo no sabía, desconocía. Después me enteré que había sido Fernando el que le había pegado a él”, acusó.

“A mí me pusieron como que yo me peleé dentro del boliche y yo nunca me peleé dentro del boliche. Nunca tuve ni contacto visual con Fernando”, intentó justificar.

“Cuando estoy cruzando, escucho que había uno que le había pegado, que le estaba haciendo como burla, no sé qué le estaba haciendo, y dice ‘sí, es ese’, y ahí veo que van corriendo. Veo a un amigo metiéndose en una ronda de ocho personas. Yo me metí”, sumó y afirmó que Fernando era quien estaba haciendo burla en ese momento, pese a que en el juicio no hubo testigos que dieran cuenta de esto.

Consultado por quién le pega la primera piña a Fernando, indicó: “Enzo Comelli. Le pegó y yo fui atrás a meterme en el grupo de personas. Yo me acuerdo que siento que me pegan una piña en el mentón y empiezo a tirar patadas al aire”. 

“Después me enteré que yo sí le había pegado a Fernando. Es algo que pasó y yo no me voy a esconder de algo que pasó. Desde el primer día quise contar todo, pero a mí no me dieron nunca una oportunidad de poder contar lo que había pasado. Siempre nos decían que no, porque podía ser contraproducente o que podían usarlo en nuestra contra y yo no lo veía así. Yo lo veía de otra mirada, yo quería contar que sí, que había sido partícipe pero que no había tenido ningún tipo de intención de que pasara eso”, acotó.

Luego negó haberle pegado en el piso: “No, no pasó, yo sólo me acuerdo que entré a tirar patada, no tenía noción de lo que estaba haciendo. Sí sabía que me estaba metiendo en una pelea, en mi cabeza solo pasaba eso”.

Haciendo foco en las patadas en el piso que recibió la víctima, insistió: “No, yo no fui. Fue Ciro Pertossi pero eso se comprobó que esa patada no se da, no llega a impactar. Pero siempre dijeron que esa persona fui yo y yo claramente no era”.

Finalmente, cuando se le recordó al rugbier asesino que en la cara de Fernando estaba la huella de su zapatilla, se limitó a contestar: “Sinceramente no recuerdo mucho. Pero me acuerdo que entré pateando. Cuando vi en el juicio que estaba mi zapatilla, dije ‘sí, es mía’, porque yo nunca me quiero esconder de lo que pasó, pero realmente quiero que si somos culpables de algo, que nos culpen por lo que pasó, no por algo que dicen que pasó”.

“Yo estuve ahí, sí participé, le pegué, pero nunca quise que terminara así. Es difícil porque también es un cargo de conciencia importante, porque cuando uno no lo busca, no se la espera y no espera estas consecuencias…pensar que es una persona igual que nosotros, con las mismas ideas, joven y cargar con la conciencia de que fue por culpa de nosotros, mía también, de todos, pero nadie lo quiso así, estoy seguro, ni yo, ni mis amigos, nadie quiso que esto pasara”, anexó.

Por último, dijo no sentirse un asesino: “Es una palabra muy fuerte que yo la vi muchas veces en todos lados y pensar que te están comparando con gente que mata por matar, que después los ves acá adentro que cae gente así, que lo cuenta como algo normal y se va a los dos o tres años y a mí me nombran de la misma manera y yo no quería que pasara esto. Es como dije el primer día que me atendieron las asistentes sociales en Dolores, que me preguntaron ‘¿si pudieras hacer algo, qué harías?’ y volver el tiempo atrás para que nadie tenga que perder una vida, nada más. Es lo único que quisiera”.
 

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