jueves 05 de diciembre de 2024 - Edición Nº3911

Interés general | 15 jun 2024

Nuevos paradigmas

Postergar los cuidados de la salud pueden afectar la fertilidad

Un 25 % de las mujeres en edad fértil no asiste a consultas médicas anuales. Además, la mayoría no realiza actividad física regularmente. La importancia de concientizar sobre los riesgos asociados con el envejecimiento reproductivo.


En la actualidad, la sociedad experimenta un cambio de paradigma en cuanto a la planificación familiar y la maternidad. Cada vez más mujeres eligen postergar la concepción por distintas razones: desarrollo profesional, estabilidad económica o simplemente por decisión personal. Sin embargo, este cambio de enfoque conlleva implicaciones importantes en la salud femenina y su capacidad reproductiva. 

En este contexto, es crucial abordar cómo la tendencia a postergar los cuidados de la salud pueden afectar la fertilidad y las posibilidades de concepción, ya sea de manera natural o asistida.

Datos obtenidos de un Estudio de UCA respaldan la necesidad de una mayor atención a la salud de las mujeres. Se revela que el 25 % de las mujeres en edad fértil no asiste a consultas médicas anuales. Además, la mayoría de las mujeres en esta etapa no realiza actividad física regularmente, lo que puede tener un impacto negativo en su salud general y reproductiva.

La tendencia a postergar la maternidad también es verificable estadísticamente. Informes de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) muestran que el promedio de edad en que las mujeres tienen su primer hijo es hoy en día de 29.5 años, y que aproximadamente el 40 % de ellas tienen más de 35 años al momento de concebir. Esta tendencia está relacionada con factores socioculturales y económicos, y se observa tanto en países desarrollados como en desarrollo, donde la edad promedio para el primer hijo varía significativamente.

“Estas estadísticas respaldan la importancia de abordar la postergación de la maternidad desde una perspectiva integral, que incluya la promoción de la salud femenina, la educación sobre fertilidad y la concientización sobre los riesgos asociados con el envejecimiento reproductivo”, advierte Gastón Rey Valzacchi, director médico del Grupo Procrearte, una institución con más de 20 años de trayectoria en el campo de la medicina reproductiva en la Argentina y que conforma la red de medicina reproductiva más grande de Latinoamérica.

Enfermedades y trastornos que inciden

Existen enfermedades y trastornos que afectan la fertilidad femenina más allá de las condiciones directamente relacionadas con el sistema reproductivo. Algunas de estas condiciones pueden ejercer un impacto significativo en la capacidad de una mujer para concebir. 

Por ejemplo, el síndrome del ovario poliquístico (PCOS) y la falla ovárica prematura (POI), ya que son trastornos que involucran desequilibrios hormonales. Estas condiciones, a menudo influenciadas por factores genéticos y ambientales, pueden desencadenar problemas de fertilidad si no se recurre a  una atención adecuada.

Asimismo, trastornos autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide pueden desencadenar respuestas inmunitarias que interfieren con la implantación del embrión o incluso atacan al esperma y a los órganos reproductivos. Estas condiciones, al afectar el delicado equilibrio del sistema inmunológico, pueden convertirse en barreras importantes para la concepción y el embarazo exitoso.

Además, factores de salud general, como las infecciones crónicas o los trastornos endocrinos, pueden tener un impacto significativo en la fertilidad. Por ejemplo, infecciones como la clamidia pueden no solo causar daño directo al sistema reproductivo, sino también reducir la cantidad o la calidad del moco cervical, lo que dificulta la capacidad de concebir. De manera similar, los trastornos endocrinos que afectan las hormonas, como la hiperprolactinemia o la enfermedad tiroidea, pueden interferir con la ovulación y la fertilidad.

Fedra Defendente, nutricionista líder del Área de Nutrición de Procrearte, resalta la estrecha relación entre la alimentación y la fertilidad: “Preparar el organismo y principalmente ofrecer los nutrientes necesarios para lograr un terreno biológico acorde para el embarazo o implantación exitosa es sumamente importante”. 

En este sentido, advierte sobre “la importancia de incluir el abordaje nutricional no sólo en la búsqueda natural sino también en la fecundación por implantación. Una alimentación desequilibrada puede afectar negativamente la calidad de los óvulos y espermatozoides, reducir la probabilidad de concepción y aumentar el riesgo de problemas durante el embarazo.”

En Procrearte “nos basamos en las investigaciones más recientes sobre nutrición y utilizamos el enfoque Psico Neuro Inmuno Endocrinología (PNIE), como una disciplina médica integrativa que vuelve a centrar la atención en las personas. Examina al paciente desde una perspectiva más humanista y busca el origen de la enfermedad. Este enfoque otorga al paciente un papel protagonista en su bienestar y fomenta un estilo de vida saludable que prioriza una alimentación antiinflamatoria, investigar y tratar el desbalance hormonal de raíz, mejorar la producción de Progesterona, suplementar déficits nutricionales y encontrar la causa para tratarla, abordar el manejo del estrés y emociones, eliminar tóxicos y disruptores endocrinos)”, detalla.

El camino hacia un estilo de vida saludable 

Una acción central de prevención es la adopción de un estilo de vida saludable, ya que tiene una incidencia directa en la reducción de riesgos. “Esto implica realizar actividad física de manera regular, mantener un peso y composición corporal saludable y una alimentación completa como equilibrada, reducir el consumo de tóxicos como el alcohol y el cigarrillo. Es fundamental que los hábitos saludables se establezcan desde la infancia ya que esto impacta y condiciona desde el punto de vista biológico y molecular lo que ocurra luego en la edad adulta”, explica la experta en nutrición. 

Aunque estas pautas de cuidado suelen repetirse en distintas campañas sanitarias, un error muy frecuente es minimizar su importancia, lo que trae aparejado mayores riesgos. 

El control del peso corporal es sin duda la pauta de prevención más subestimada entre los pacientes que habitualmente concurren a los consultorios, así como la obesidad, considerada hoy en todo el mundo una epidemia. Claramente el control de esta situación redundaría en un impacto positivo tanto en la calidad como en la expectativa de vida”, sumó la nutricionista. 

Además, subraya que uno de los factores que inciden en la fertilidad es el peso, especialmente la composición corporal.  Ya sea por sobrepeso u obesidad, o por bajo peso. En ambos casos, es clave corregirlo. “El sobrepeso y la obesidad suelen estar asociados con otras comorbilidades como la resistencia a la insulina o la diabetes tipo 2, lo cual puede afectar la implantación del embrión, incluso en casos de Fertilización in vitro (FIV)”, puntualiza. 

La especialista Fedra Defendente amplía: “La asociación entre el exceso de tejido adiposo y la infertilidad se explica, por una parte, por el aumento de las concentraciones de leptina, lo que origina alteraciones en el eje hipotalamo-hipofisis (ovario/testiculo) y que, en consecuencia, produce un aumento de las concentraciones de testosterona y la disminución de la progesterona en las mujeres y la disminución de la testosterona y un aumento de los estrógenos en el hombre. Por otra parte, el exceso de grasa corporal favorece la resistencia a la insulina, lo que contribuye a aumentar la síntesis y la liberación de andrógenos ováricos en la mujer y una disminución de la globulina transportadora de hormonas sexuales, lo que tiene un impacto negativo en la ovulación y en la calidad de los espermatozoides. La probabilidad de lograr un embarazo en un tratamiento de reproducción asistida es menor a medida que el Índice de masa corporal (IMC) es mayor.”

Estudios han demostrado que la efectividad de la FIV aumenta significativamente cuando se alcanza un peso saludable.

La especialista en nutrición describe porque es tan importante la calidad de la alimentación en fertilidad: “La calidad de los nutrientes, va a determinar la calidad de las membranas celulares, la formación y el equilibrio o desbalance de las hormonas, el estado general de inflamación y por lo tanto de oxidación o envejecimiento celular. Cómo será de importante la alimentación que va a determinar el tipo y la cantidad de bacterias del intestino. Y esto va a influir sobre el sistema inmune y hasta sobre el estado de ánimo.”

En igual tenor, señala que “estudios recientes destacan la relación entre la salud reproductiva y la modulación de la microbiota. Entonces el desafío es lograr una microbiota intestinal saludable: una capa mucosa gruesa nos va a permitir proteger el epitelio y evitar reacciones de hipermeabilidad que provocan traspaso de sustancias y activan el sistema inmunológico manteniéndolo en alerta”.

La disbiosis endometrial y la endometritis pueden explicar fallos de implantación recurrentes. La disbiosis es un desequilibrio en la microbiota y la endometritis es una inflamación del endometrio causada por microorganismos patógenos como bacterias u hongos. Para tratar la disbiosis, es crucial analizar la microbiota y repoblar las cepas adecuadas de lactobacillus. En casos de endometritis, se pueden erradicar las bacterias u hongos causantes y repoblar con lactobacillus. En estos casos se recomienda una alimentación antiinflamatoria (mayor consumo de antioxidantes a través de alimentos ricos en Vitamina C, E, SELENIO, Zinc, Vitamina A y E; y alimentos ricos en Resveratrol. 

Defendente recomienda evaluar el consumo de alimentos antiinflamatorios por excelencia como Omega 3. En caso de ser necesario suplementar: alimentos pre y probióticos son fundamentales para mejorar la microbiota intestinal, vinculada a la vaginal y endometrial. Incluir kéfir, chucrut, avena, legumbres y suplementos probióticos puede ser beneficioso para reducir la inflamación. Disminuir en lo posible el alto consumo de harinas refinadas, azúcares, grasas oxidadas y UP que solo alteran la composición de la microbiota.  

Los estudios concluyen que las mujeres que siguen un patrón de alimentación saludable como así también un estilo de vida  activo tienen una mejor salud reproductiva gracias a mecanismos relacionados con el control del peso, la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo y la mejora de la salud mental. Además, la suplementación es muy importante para prevenir déficits nutricionales; y por último puede promover la ovulación regular y mejorar la calidad de los óvulos, algo fundamental para la fertilidad. 

Esto sugiere que todavía hay margen para mejorar la alimentación en las mujeres con el fin de potenciar su salud reproductiva. En conclusión, es hora de considerar cuidadosamente lo que las mujeres en disposición de quedarse embarazadas ponen en el plato, ya que cada bocado puede influir en su capacidad de concebir vida.

La tendencia a postergar la maternidad ha generado un aumento en los problemas de fertilidad, que muchas veces son resultado simplemente de una cuestión de tiempo. 

Rey Valzacchi destaca la importancia de una actitud proactiva y preventiva en relación con la salud femenina, especialmente cuando se decide postergar la maternidad. Esta postura no solo beneficia la salud general de la mujer, sino que también aumenta las posibilidades de concebir.

 “La decisión de postergar la maternidad es profundamente personal y respetable. Sin embargo, es fundamental comprender que la biología femenina tiene su propio reloj y que, con el paso del tiempo, la capacidad reproductiva de la mujer se ve afectada. La reserva ovárica, es decir, el número y calidad de los óvulos disponibles, disminuye con la edad, lo que impacta directamente en las posibilidades de quedar embarazada y aumenta los riesgos asociados con el embarazo, como los abortos espontáneos”, agrega. 

Liliana Blanco, directora de Procrearte y Maternity Bank, enfatiza no sólo la importancia de no postergar los cuidados de salud, sino también de ampliar los controles rutinarios para incluir el estudio de la reserva ovárica, especialmente en aquellas mujeres que decidieron demorar la maternidad. Blanco destaca que preservar los óvulos tempranamente ofrece a las mujeres la oportunidad de planificar su maternidad de manera más flexible y reduce los riesgos asociados con el envejecimiento ovárico.

La necesidad de educar a los profesionales de la salud también es destacada por Blanco. Así como se realizan estudios de rutina como el Papanicolaou y la mamografía, es crucial incluir marcadores de reserva ovárica en los controles de salud de las mujeres. Este enfoque preventivo permite detectar posibles limitaciones en la reserva ovárica de manera temprana, evitando sorpresas y desilusiones tardías.

“Es crucial reconocer que la salud reproductiva de una mujer está intrínsecamente ligada a su bienestar general. Condiciones como la endometriosis, los fibromas uterinos y los problemas estructurales del sistema reproductivo pueden no solo causar dolor y malestar, sino también afectar negativamente la capacidad de concebir y llevar a término un embarazo. Por lo tanto, es fundamental abordar tanto las condiciones específicas del sistema reproductivo como aquellas que afectan la salud general de la mujer para optimizar las posibilidades de concepción y mantener un embarazo saludable”, concluye. 
 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias