

El director de la Sociedad Rural Argentina y co-coordinador de la Comisión de Sostenibilidad y Agricultura Familiar, Andrés Costamagna, sostuvo que la estabilidad en el precio de la carne “ha permitido cierta recomposición salarial en relación con el IPC mensual”, dado que los productos cárnicos (vacunos, pollo, cerdo y huevos), han quedado rezagados en comparación con otros alimentos.
Así las cosas, consideró que estos productos siguen siendo “competitivos” en la canasta básica, “aunque los salarios siguen siendo limitados debido a otros aumentos de costos” como el transporte y los servicios públicos.
En cuanto a la disminución en el consumo per cápita, explicó en declaraciones a Canal E que se debe a “la falta de políticas públicas adecuadas durante las últimas décadas”, lo que ha resultado en una menor cantidad de ganado por habitante y una reducción en la producción destinada al consumo interno o a la exportación.
“Este problema estructural está ligado al poder adquisitivo de los salarios, que ha sido afectado recientemente”, acotó Costamagna y expuso que “en comparación con otros países, los precios en Argentina son bajos, pero eso no se traduce en un mayor consumo”.
Del mismo modo, precisó que se produjo un cambio notable en el consumo del asado tradicional porque “ha disminuido en popularidad, siendo reemplazado por la carne picada, que es más versátil y ha alcanzado cifras récord en ventas en las carnicerías”.
“El consumo de carne se ajusta a la producción disponible”, la cual se hace cuesta arriba “sin políticas claras”, analizó Costamagna.
Y sentenció: “La falta de claridad en las políticas, los problemas con las tasas de interés para el sector agropecuario, el tipo de cambio y el impuesto país continúan siendo barreras para el aumento de la producción”.