Interés general | 2 sep 2024
Salud
La artritis reumatoidea afecta a 400 mil argentinos: la importancia de un diagnóstico temprano
La rápida detección y el tratamiento adecuado son claves para cambiar significativamente el pronóstico de esta enfermedad. Alcanzar la remisión significa que el paciente experimente pocos o ningún síntoma, redundando en una mejor de la calidad de vida.
La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune crónica que afecta aproximadamente a 400 mil personas en Argentina, representando entre el 0,5 % y el 1 % de la población adulta. Su aparición es más frecuente entre los 20 y 50 años, sin embargo, también puede aparecer en la infancia. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 70 % de las personas que la padecen son mujeres.
“Es importante recalcar que comienza generalmente en las épocas más productivas de la vida, lo que agrava su impacto social”, afirma el doctor Rodrigo García Salinas (MP 115.001), médico reumatólogo, investigador y jefe de la Unidad de Artritis y Espondiloartritis del Hospital Italiano de La Plata, Centro de Excelencia Modelo en Artritis Reumatoidea (PANLAR).
Esta enfermedad no sólo limita la movilidad y causa dolor, sino que también puede derivar en complicaciones graves si no se la trata adecuadamente, causando daño en el pulmón, enfermedad cardiovascular e inflamación de los vasos sanguíneos que puede llevar a problemas en la piel, los nervios, el corazón y el cerebro, entre otras.
Los síntomas se van instalando de a poco en un cuadro persistente y progresivo. Los pacientes experimentan dolor y/o hinchazón en las articulaciones, afectando principalmente manos, pies, pero puede avanzar a otras articulaciones como rodillas, tobillos y codos.
“Es importante que las personas que sientan rigidez en el cuerpo al despertar, que demoren entre dos o tres horas hasta lograr movilizarse con más soltura y que a lo largo del día experimenten debilidad generalizada o fatiga puedan consultar lo más temprano posible con un reumatólogo o acudir al centro de referencia más cercano”, subraya García Salinas.
Acto seguido, pone de relieve que “el diagnóstico temprano permite un tratamiento eficaz, previniendo daños y mejorando la calidad de vida. El concepto clave es la ‘ventana de oportunidad’, un período corto desde el inicio de los síntomas en el que un tratamiento oportuno puede cambiar significativamente el pronóstico y prevenir un daño articular irreversible”.
“En esta línea desde el Hospital buscamos facilitar ese diagnóstico y brindar un seguimiento adecuado. Nuestro programa Reuma-Check ofrece un chequeo integral en un solo día, que incluye examen clínico, análisis de laboratorio e inmunológicos, radiografías, ecografías y resonancia magnética, optimizando los resultados y el manejo de la enfermedad”, completa el profesional.
El objetivo primordial: la remisión
“Alcanzar la remisión es posible, significa que el paciente experimenta pocos o ningún síntoma de la enfermedad, con inflamación mínima. Esto no sólo mejora significativamente la calidad de vida, sino que también reduce la probabilidad de daño articular a largo plazo, e incluso menos riesgo de eventos cardiovasculares”, puntualiza García Salinas.
La remisión permite mejorar la calidad de vida, mantener la capacidad laboral y reducir los costos asociados a la enfermedad. Durante el último congreso de la Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología (EULAR), la Alianza Global para el Acceso de Pacientes (GAfPA) presentó el “Glosario sobre el valor de la remisión en enfermedades reumáticas inflamatorias”.
Este documento enfatiza que alcanzar la remisión no sólo reduce hospitalizaciones y costos, sino que también mejora la calidad de vida, la salud física y mental, permitiendo a las personas llevar una vida plena y productiva. En este documento se destacan los datos de un estudio realizado en Argentina que revela que los costos indirectos, como la pérdida de días laborales, son 2,3 veces mayores en pacientes con la enfermedad activa que en aquellos que se encuentran en remisión.
“¿Cómo alcanzar la remisión?, diagnosticando y tratando adecuadamente a tiempo”, enfatiza García Salinas y destaca que “afortunadamente en los últimos años el avance de la ciencia nos permite contar hoy con diferentes tipos de tratamientos y hablar de remisión, algo impensado años atrás”.
“El tratamiento para la artritis reumatoidea combina medicamentos, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía. Entre los medicamentos más utilizados se encuentran los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), corticosteroides, fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) como el metotrexato y las terapias biológicas”, puntualiza el médico.
En tanto, menciona que “en las últimas décadas, los tratamientos han avanzado considerablemente, destacándose la aparición de nuevos medicamentos orales como los inhibidores de JAK (Janus Kinasa), que reducen la inflamación y el daño articular y son una nueva esperanza para quienes no han respondido a otras terapias. En Argentina tenemos aprobados el baricitinib, el tofacitinib y el upadacitinib”.
De todos modos, el especialista señala que el tratamiento se personaliza para cada paciente, considerando la gravedad de la enfermedad, las comorbilidades y la respuesta a tratamientos previos. “Este enfoque individualizado requiere un monitoreo constante y ajustes según sea necesario".
“La artritis reumatoidea en Argentina requiere una respuesta coordinada que promueva el diagnóstico temprano, el acceso a tratamientos innovadores y un enfoque centrado en la remisión. La intervención oportuna y el manejo adecuado pueden transformar la vida de los pacientes, permitiéndoles disfrutar de una vida plena y productiva”, concluye García Salinas.