Productores locales recuperan el cultivo de batata en Bragado

La batata ha ido ganando lugar en la agenda productiva local de Bragado. Se trata de un cultivo con una larga trayectoria en el territorio, con bajo costo y alta demanda por parte de la población. Sin embargo, con el paso del tiempo, había disminuido la oferta productiva local. 

La iniciativa de productores y organizaciones sociales, que promueven unidades hortícolas familiares para ofrecer alimentos frescos a través de las Ferias Francas, fue fundamental para instalar la demanda en la comunidad, abriendo el camino para actividades acompañadas tanto por el Municipio de Bragado como por la Agencia de Extensión Rural del INTA.

El taller de producción de plantines de batata, realizado días atrás, fue otro hito en este camino, con antecedentes en la organización de compras colectivas a un productor de batata en 25 de Mayo, la visita a la biofábrica de la Chacra Experimental Mercedes del Ministerio de Desarrollo Agrario (Buenos Aires) y el “Batatazo”, realizado con el apoyo del Museo Rural de la Asociación de Tractores y Maquinarias Antiguas “Julio César Bracco”.

Actualmente, la producción batatera depende de la compra de plantines libres de virus a proveedores de otras regiones, por lo que la generación de capacidades locales es una demanda para la reducción de costos. 

Así, en un taller brindado por Pampero Acosta y Joaquín Gonçalves, con gran convocatoria de público local (incluidos estudiantes del Centro de Educación para la Producción Total - CEPT), se abordaron diversas técnicas de plantación, como la cama fría. La intensa dinámica de intercambio fue fundamental para compartir conocimientos, experiencias y articular saberes.

La producción de alimentos de cercanía continúa su proceso de crecimiento en Bragado. El interés y la demanda de la comunidad se nutren tanto de herramientas programáticas de investigación y extensión aportadas por el INTA, como de políticas públicas promovidas por la Dirección de Desarrollo Agropecuario Local.

La puesta en valor de la tradición local, la identificación de los productores existentes, el fomento de nuevas unidades hortícolas y las iniciativas con la comunidad, como ferias, eventos y capacitaciones, muestran un camino de acción virtuoso en el desarrollo de las capacidades del territorio.