Interés general | 1 nov 2024
Salud
Todo sirve en la guerra contra el mosquito: aerosoles, cremas y los recursos de antaño
Las temperaturas más elevadas traen consigo a este molesto insecto y -dengue mediante- es más que nunca necesario saber como ahuyentarlos correctamente. El uso de repelentes tiene sus particularidades y la dermatóloga Julieta Ramírez Bermejo nos echa luz sobre el tema.
La llegada de la época más calurosa del año viene acompañada por la indeseable compañía de los mosquitos, con las preocupaciones por el antecedente de la invasión sin precedentes del año pasado y, aún más, por el fantasma del dengue, potenciado por la desidia del Gobierno nacional en materia de campañas de difusión masiva y prevención de la enfermedad.
En este sentido, es clave recurrir a todo lo que tengamos a mano para ahuyentar a estos insectos, sobre todo al domiciliario, el aedes aegypti, vector del dengue, zika y chikungunya.
Los repelentes de mosquitos son productos que se aplican sobre las diversas zonas de la piel expuesta con el fin de protegerla contra las picaduras de los insectos. Forma parte del conjunto de medidas que deben tomarse para prevenir las enfermedades transmitidas por insectos.
Por otra parte, es de gran importancia que los domicilios se encuentren protegidos con mosquiteros rígidos, ya sea de metal o plástico, en puertas y ventanas, y eventualmente colocar mosquiteros blandos (de tul o gasa) sobre las camas. También se pueden utilizar repelentes ambientales registrados ante ANMAT, aunque bajo ninguna circunstancia deben ser aplicados sobre personas ni animales y que deben respetarse estrictamente las instrucciones y precauciones del rótulo.
“Las presentaciones son en crema, spray o aerosol. De acuerdo al momento del día y la circunstancia, podemos optar por alguno de ellos. Si estamos en una pileta, es recomendable el spray, para que no se mezcle con el protector solar; mientras que en el trabajo o sin estar expuestos al sol directo, es mejor la crema”, explica la dermatóloga Julieta Ramírez Bermejo.
En tanto, ante ANDigital la profesional desaconseja el uso de aerosoles en bebés, y solicita “aplicar suavemente las presentaciones en crema”.
En caso de no contar con ello, pidió estar atentos a la concentración del DEET, el ingrediente activo en repelentes, etiquetado en los envases, en esta caso que sea inferior al 30 por ciento.
Para los adultos que estén en exposición directa a los rayos ultravioletas, indica que “siempre primero el protector, se espera media hora y luego sí, aplicar el repelente en aerosol, con ese tiempo prudencial, no quedaría un ‘pastiche’, ya habrá absorbido la pantalla solar”.
“A veces el repelente dura más que el protector, si los más chiquitos entran y salen de la pileta, hay que tener en cuenta que hay que reaplicar más que nada el protector. En esos casos mirar que el DEET sea alto para que dure más”, puntualiza la médica.
También explica que en los pediátricos “se recomendaba la citronella por la posible toxicidad de los repelentes, pero desde el año pasado se autorizó el uso de repelentes con bajo porcentaje de DEET, teniendo en cuenta la invasión de mosquitos y la proliferación” de enfermedades.
Ramírez Bermejo no duda en recomendar las “antorchas o pastillas de citronella” y volver a confirar en los viejos recursos de “mosquiteros, pastillas y espirales”, aunque en este último caso para el aire libre, ya que en ambientes cerrados puede resultar nocivos para las vías respiratorias”.
Finalmente, con el hecho consumado de alguna reacción alérgica o quemaduras por exposición al sol sin los cuidados del caso, la doctora recomienda el uso de “crema hidratante” y para reacciones alérgicas las que continen “corticoide a dosis baja, sin perfume, neutra”, resultando más eficaz cuando se conserva el producto en la heladera.
Resta mencionar que los repelentes de insectos para uso en humanos son regulados por la ANMAT, por lo que deben cumplir con los estándares de calidad establecidos y es obligatorio que el rotulado presente la siguiente información:
-Nombre completo, el cual puede indicar su función. En caso contrario, dicha función debe estar indicada en alguna parte del rótulo.
-Número de lote.
-Fecha de vencimiento.
-Número de legajo del elaborador o importador habilitado y número de Resolución por la cual el producto fue declarado ante la autoridad sanitaria. Por ejemplo, Res 155/98 N° de legajo XXXX (número que identifica a la empresa que elaboró o importó el producto).
-Nombre y datos de domicilio del titular, elaborador o importador del producto.
-Indicación de contenido neto.
-País de origen.
-Modo de uso, si corresponde.
-La ausencia de alguno de estos datos puede revelar que el producto es ilegítimo. Por lo tanto, en ese caso sugerimos realizar la consulta a [email protected].
Además, los repelentes de insectos para uso en humanos deben presentar en el rótulo las siguientes advertencias:
-Utilice los repelentes de forma segura;
-Lea la etiqueta y la información sobre el producto antes de usarlo;
-No aplicar repelentes sobre lastimaduras o sobre la piel irritada;
-No aplicarlo cerca de los ojos, nariz y boca o en las manos, especialmente en niños;
-No permitir que los niños apliquen este producto a sí mismos o a otros;
-Mantener el producto lejos del alcance de los niños y mascotas;
-Evitar la aplicación excesiva y reiterada y lavar diariamente la piel tratada con agua y jabón;
-En caso de intoxicaciones y/o reacciones adversas dirigirse al Centro Nacional de Intoxicaciones (tel. 0800-333-0160 o (011) 4658-7777 / 4654-6648 / 4658-3001/3020) llevando el envase o rótulo del producto;
-No manipular alimentos después de aplicarse o aplicar un repelente sin antes haberse lavado las manos;
-En caso de contacto con los ojos, lavarlos inmediatamente con abundante agua. Si los síntomas persisten a pesar del lavado, consultar con un médico;
-Para su uso en mujeres embarazadas o lactantes, consulte a su médico.
Particularmente, aquellos repelentes que se presenten bajo la forma de aerosoles y rociadores o vaporizadores también deberán consignar:
-No emplear repelentes en áreas insuficientemente ventiladas;
-No aplicar directamente en la cara: primero rociar sobre las manos y con estas distribuir el producto sobre la cara, luego lavar las manos;
-No acercar el envase al fuego;
-No rociar sobre la llama;
-Desechar convenientemente el envase vacío.