Eso no es hambre: Dos intentos de robo de indumentaria en La Plata captados in fraganti

En épocas de recesión y hambre el robo de alimentos es una lamentable moneda corriente, pero ello no cuadra cuando lo que se intenta tomar sin pagar es indumentaria y calzado, y más aún cuando es de marca, como se dice de modo vulgar.

Pues bien dos de esos casos ocurrieron este sábado en el partido de La Plata y estos improvisados delincuentes acabaron tras las rejas, al menos por unas horas.

El primer hecho sucedió en un local comercial de la calle 48, entre 8 y 9, pleno centro de la ciudad, donde un hombre en silla de ruedas y su acompañante quisieron llevarse cuatro chombas de una reconocida marca.

La operatoria, captada por las cámaras de seguridad del comercio, mostraba que el sujeto en silla de ruedas, de 34 años de edad, tomó una bolsa de papel madera y su cómplice, de 44, introdujo la indumentaria allí.

Ambos, domiciliados en la Ciudad de Buenos Aires, acabaron en la Comisaría Primera con una causa caratulada como “hurto en grado de tentativa”, en la que interviene la UFI Nº 6 del Departamento Judicial La Plata, a cargo del fiscal Juan Menucci, quien rápidamente les concedió la libertad.

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— ANDigital (@ANDigitalOK) November 10, 2024

El otro caso ocurrió en el local outlet de una reconocida marca deportiva estadounidense sobre el Camino Centenario, entre las calles 506 y 507, zona norte de la capital provincial, y las cámaras de ese lugar tomaron a un sujeto “guardando” entre el pantalón, el trasero y la espalda de su pareja la friolera de cuatro pares de zapatillas.

En la operatoria del robo, la mujer de 33 años salió del local y se dirigió al automóvil en el que llegaron, un Renault Sandero de color negro estacionado a la vuelta del lugar, mientras que el sujeto, de 40, se mantuvo allí.

Tras ser convocado luego de una denuncia al 911, personal de la Comisaría 13º de Gonnet acudió a revisar el vehículo y halló el par de zapatillas verde y los tres pares restantes blancos en el baúl del auto, por lo que la pareja –oriunda de Avellaneda– acabó en la dependencia, con una carátula idéntica a la de los ladronzuelos del centro.

Robar está mal, muy mal, pero en la percepción imaginaria humana es muy diferente cuando lo que el ladrón se lleva es comida, a que sustraiga ropa, y de marca.