Lo condenan por abusar de su ahijada bajo el disfraz de la educación sexual en Berisso

La Justicia de La Plata emitió un fallo condenatorio contra Manuel Darío Ávalos, de 40 años de edad, ya que para el juez quedó acreditado que el desarrollo sexual natural de la menor fue por él corrompido cuando en reiteradas ocasiones la atacó sexualmente, y todo fue gracias al valiente testimonio de la víctima.

“Cuando yo tenia 11 años fui abusada por quien era mi padrino. Una tarde fui a su casa y estábamos en un colchón que había tirado en el comedor y él en un momento me preguntó si yo sabía sobre las relaciones sexuales y cómo eran”, de ese modo se expresó la víctima en el juicio que concluyó esta semana en los Tribunales Penales de La Plata.

Los ataques sexuales contra la niña comenzaron en la vivienda que el acusado tenía en el Barrio Obrero, en el distrito de Berisso, cuando la víctima tenía 11 años, y se extendieron hasta sus 14: “Son delitos en las sombras”, sostienen los especialistas, lo que quiere decir que se cometen sin testigos y en momentos en que la víctima y el victimario están a solas.

En ese marco se expresa la acusación en el expediente penal y en el mismo sentido se orientó el fallo de 39 fojas al que accedió ANDigital, y que firmó el juez del Tribunal Oral y Criminal Nº 1 del Departamento Judicial La Plata, Hernán Decastelli.

La menor hoy tiene 17 años y pudo poner en palabras los hechos, y para el juez el testimonio que dio “no está influenciado por su entorno, demuestra vergüenza y angustia por lo vivido, es espontáneo, mantiene consistencia y las secuelas de haber vivido esos episodios son compatibles con los agravios descriptos”, se lee en la valoración de la prueba hecha por el magistrado.

En otro de los pasajes del fallo Decastelli da por acreditada la corrupción de la menor: “En definitiva, claramente ha quedado acreditado que los abusos sufridos por XXXX en manos de su padrino (besos a la fuerza, tocamientos en sus pechos, vagina y cola, practica de sexo oral y eyaculación en su cuerpo) fueron reiterados, y sucedieron por lo menos en el año 2018, 2019 y 2021. También quedó demostrado que la conducta de exhibir videos pornográficos a la menor a su corta edad –uno de ellos comercial y otro, cuestionado por la defensa, de su tía practicándole sexo oral a su padrino, y que de ser descartado quedaría el otro incuestionable– resultó idóneo para corromperla por ser prematura”, agregó el juez.

En tanto, Ávalos declaró en el juicio y dio una versión exculpatoria al indicar que es inocente: “No soy un monstruo, no hice nada de lo que se dice”, para el juez la prueba es contundente y los dichos del ahora condenado fueron intentos por mejorar su situación procesal.

Entre las secuelas que padece la víctima tras los ataques sexuales se describen: pesadillas, llantos recurrentes e inconvenientes para vincularse con sus seres cercanos. Bajo este último ítem se describen situaciones en donde la menor se niega a abrazar a su padre por su condición de varón.

Estas son algunas de las conductas que impulsaron a XXXX al inicio de un tratamiento psicológico, las declaraciones de especialistas que trabajaron con la niña también fueron clave para arribar a una condena contra Ávalos.

El juez adhirió al pedido de 8 años de prisión hecho por la Fiscalía a cargo de Martín Chiorazzi, al tiempo que el acusado no estuvo presente en la lectura del veredicto y de la sentencia. La policía lo arrestó en su lugar de trabajo y se solicitó cupo para alojarlo en las instalaciones carcelarias del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Vale remarcar que en su sentencia el juez también ordena que se cumpla con la Ley 26.879 y que apunta a que se le extraigan muestras genéticas a Ávalos para incluirlas en el registro de criminales sexuales.