

Este lunes se conoció otra fatídica noticia que envuelve nuevamente a Fernando “Negro” Cáceres ya que su esposa Raquel Candia murió tras caer al vacío desde un departamento ubicado en el séptimo piso de un edificio de Ramos Mejía y la Justicia investiga un posible femicidio.
Es que el exfutbolista de River Plate, Boca Juniors y la Selección Nacional se encontraba en la vivienda, que estaba absolutamente revuelta cuando los investigadores arribaron al lugar.
Vale decir que Cáceres se moviliza en una silla de ruedas luego de haber sido víctima de un grave hecho de inseguridad el 1 de noviembre del 2009, cuando recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza al resistirse al robo de su automóvil BMW en Ciudadela.
La bala, que ingresó por su ojo derecho y le perforó la base del cráneo, le provocó daños severos y permanentes, aunque según trascendió Cáceres no estaba en su silla de ruedas al arribar los uniformados, sino sentado en la cama, prácticamente postrado, del departamento ubicado en la calle Suipacha al 300 de la mencionada localidad del partido de La Matanza, en el Conurbano bonaerense oeste.
El caso está siendo investigado por el fiscal Adrián Arribas, titular de la UFI especializada en Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, quien trabaja sobre tres hipótesis: además del femicidio, el suicidio o el accidente en la caída fatal de Raquel, cuya familia niega rotundamente la segunda.
“Nosotros no creemos que ella se haya tirado; ella es la pareja de Cáceres, pero también sé que tiene conflictos con la hija y no sé si con la expareja, pero yo no creo que ella se haya tirado. La relación empezó hace mucho con esta persona”, dijo la prima de la víctima, al dialogar con los medios apostados en inmediaciones al departamento.
La prima de Raquel –cuya relación con el exjugador tenía unos 11 meses– dejó flotando con sus declaraciones la posibilidad de que alguna otra persona haya estado en el lugar, además de su familiar y Cáceres, y que haya participado activamente en la caída de Candia.
Lo cierto es que Arribas no ha tomado ninguna determinación sobre la libertad de Cáceres y en estos momentos se aboca a recavar todas las pruebas necesarias para decidir qué camino encarar, entre ellas levantar todas las imágenes posibles de las cámaras de seguridad de la zona, del edificio y del propio departamento, si es que las tuviera.
Además, ya secuestró el celular de la víctima y ordenó practicarle una operación de autopsia que devele si existe una lesión en su cuerpo que sea compatible con alguna pelea física previa a su caída.