

Un horrendo hecho ocurrió en las últimas horas en Mariano Acosta donde un sujeto abordó a una joven que volvía de trabajar de madrugada, la amenazó con un arma blanca, la llevó a un descampado, abusó sexualmente de ella, le fracturó una pierna y, antes de huir, le robó el teléfono celular, algo de dinero y el resto de sus pertenencias.
Todo sucedió el miércoles alrededor de las 2.30 de la madrugada sobre la Ruta 40 y a metros del cruce con la autopista Presidente Perón, cuando la víctima –una joven de 21 años de edad– regresaba de cumplir su turno nocturno en una heladería tras bajar del colectivo y estaba a muy pocas cuadras de su casa.
Allí fue abordada por un hombre que le puso una navaja en el cuello y le dijo “quedate callada y caminá que te voy a robar” y la llevó hasta un arroyo cercano que cruza por debajo de las vías, sobre la calle Vidt, entre Becquer y Rembrandt de la mencionada localidad del partido de Merlo, en el Conurbano bonaerense oeste.
Allí la sometió sexualmente y, dado la brutalidad del ataque, la chica sufrió la fractura de la tibia y el peroné de una de sus piernas en el esfuerzo por evitarlo. Antes de huir, el violador le robó el celular, algo de dinero que llevaba consigo y una gorra.
Tras lograr reincorporarse, la se dirigió a su vivienda y llamó al 911, por lo que de inmediato fue trasladada hasta un centro asistencial de salud de la zona para aplicarle el protocolo de profilaxis y brindarle contención y, una vez que pudo, fue hacia la Comisaría Sexta donde completó la radicación de su denuncia.
Con los datos físicos del agresor, los policías lograron identificarlo y detenerlo, y se trata de un hombre que vive en cercanía al lugar donde cometió el ataque sexual: se llama Jonathan Gabriel Quiroga, y naturalmente quedó detenido. Un dato no menor es que, al momento de ser encontrado, el sujeto llevaba puesta la gorra que le robó a su víctima.
El caso es investigado por la UFI Nº 6 del Departamento Judicial Morón, a cargo del fiscal Patricio Ventricelli, quien otorgó una fuerte carátula a la causa: “lesiones graves de un hombre hacia una mujer mediando violencia de género, abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por causar en la víctima un daño físico grave y por ser perpetrado con un arma, y robo agravado por ser cometido con un arma, todos delitos en concurso real entre sí”.
A este violador le espera una larga pena en la sombra en expectativa, si a la postre se confirma que el material genético hallado en la ropa interior de la víctima se corresponde con su ADN.