

La Justicia y la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI) avanzan en la investigación por una denuncia anónima que derivó en el allanamiento de una Comisaría de Florencio Varela en la que se detectó que un preso tomaba mates con un jefe policial en una oficina de la seccional.
Personal de la AGAI, del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, registró la Comisaría Tercera de Varela a fines de enero pasado y confirmó lo que se denunciaba: un preso, en lugar de estar en la celda, se encontraba con el comisario en una oficina y tomando mates.
El comisario, quien además estaba a cargo de la Departamental local, fue imputado por “incumplimiento en los deberes de funcionario público” por la UFI Nº 2 descentralizada de Florencio Varela, a cargo de la fiscal Mariana Dongiovanni, y el preso fue trasladado a la Alcaidía Departamental de esa ciudad del Conurbano bonaerense sur.
El detenido es Marcos Rosseti, un exintegrante de la Policía Bonaerense que había quedado preso en noviembre del año pasado cuando intervino en una trifulca vecinal y baleó con una escopeta a una mujer de 31 años, la que fue internada en estado crítico.
Rosseti cumplía funciones en esta misma dependencia cuando se produjo el hecho que culminó con su detención, seccional donde a fines de enero tomaba mates con el comisario.
Lo que se investiga ahora es quién dispuso que Rosseti fuera alojado como detenido en la misma Comisaría en la que cumplía funciones cuando aún integraba la fuerza, y quedara a la guarda de sus excompañeros, un verdadero dislate.
Es que, por lo general, estas disposiciones corren por cuenta del Juzgado de Garantías.