

Por Tomás Ramilo (*)
La endometriosis es una enfermedad inflamatoria sistémica en la que células similares a las del endometrio, la capa interna del útero, crecen fuera de su lugar habitual, generando adherencias y alteraciones en la anatomía pélvica. Este trastorno no sólo afecta la calidad de vida de quienes lo padecen, sino que también puede tener consecuencias graves en la fertilidad.
Prevalencia y diagnóstico
Se estima que aproximadamente una de cada diez mujeres en edad fértil en todo el mundo sufre de endometriosis, aunque muchas de ellas desconocen que la padecen.
En ocasiones, los síntomas pueden ser sutiles o confundirse con otras condiciones, lo que retrasa el diagnóstico. De hecho, en promedio, pueden pasar entre 7 y 10 años desde el inicio de los primeros síntomas hasta que se obtiene un diagnóstico preciso.
Síntomas más comunes
El dolor es el síntoma más característico de la endometriosis, y suele estar presente en varios aspectos de la vida diaria de quienes la sufren. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
---) Dolor menstrual incapacitante: El dolor asociado con la menstruación es uno de los principales síntomas de la endometriosis. Sin embargo, en las mujeres con esta patología, el dolor es mucho más intenso y puede interferir gravemente con sus actividades diarias.
---) Dolor durante las relaciones sexuales: La dispareunia (dolor durante el coito) es frecuente en mujeres con endometriosis, lo que puede afectar su bienestar físico y emocional.
---) Inflamación y dolor intestinal: La endometriosis puede afectar los intestinos, provocando síntomas como dolor abdominal, diarrea, estreñimiento y sangrados anormales.
---) Infertilidad: Se estima que hasta el 50% de las mujeres con dificultades para concebir tienen endometriosis como causa subyacente. La patología puede generar cicatrices y adherencias que dificultan la función ovárica y la implantación del embrión.
Prevención y factores de riesgo
Aunque no se puede prevenir la endometriosis, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla, como la genética (si un familiar cercano ha tenido la enfermedad), el inicio temprano de la menstruación, los ciclos menstruales largos, entre otros. Además, mantener un peso saludable y una dieta equilibrada podrían contribuir a la reducción de los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento de la endometriosis es multidisciplinario y personalizado. Y si bien no existe una cura definitiva, los tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Entre las opciones más comunes se encuentran:
---) Uso de anticonceptivos hormonales, como píldoras, parches o dispositivos intrauterinos (DIU), puede ayudar a controlar los síntomas al reducir el crecimiento del tejido endometrial fuera del útero. Otros medicamentos antiinflamatorios también pueden aliviar el dolor.
---) Cirugía: En casos más graves o cuando los tratamientos médicos no son efectivos, la cirugía puede ser necesaria para eliminar el tejido endometrial anómalo y las adherencias. En algunas situaciones, la cirugía puede mejorar las probabilidades de embarazo en mujeres con problemas de fertilidad relacionados con la endometriosis.
---) Enfoque nutricional y rehabilitación: Una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, ácidos grasos omega-3 y fibra puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar los síntomas. La rehabilitación del suelo pélvico también es importante para quienes padecen dolor crónico en esta zona.
---) Apoyo emocional y psicológico: Dado que la endometriosis puede generar altos niveles de estrés, ansiedad y depresión, es fundamental un acompañamiento psicológico que ayude a las pacientes a sobrellevar los aspectos emocionales y psicológicos de la enfermedad.
---) La intervención temprana y un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida y, en muchos casos, ayudar a mejorar las posibilidades de embarazo.
(*) Médico del Servicio de Ginecología del Hospital Alemán (MN 123886).