sábado 21 de junio de 2025 - Edición Nº4109

Interés general | 25 may 2025

Fecha especial

El arzobispo Carrara llamó a “fortalecer la vida comunitaria”

La Catedral de La Plata fue el escenario del Tedeum por el 25 de mayo. La ceremonia religiosa contó con la presencia del intendente Alak, del gobernador Kicillof, además de autoridades locales, provinciales y de municipios de la Región Capital.


El intendente de La Plata, Julio Alak, participó este domingo del tradicional tedeum para conmemorar un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo de 1810 junto al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

La celebración litúrgica se llevó a cabo en la Catedral de la Inmaculada Concepción de calle 14 entre 51 y 53, fue presidida por el arzobispo Gustavo Carrara y contó con la participación de ministros, legisladores, concejales, funcionarios municipales, autoridades de distintos distritos de la Región Capital y vecinos de la ciudad.

“Hoy conmemoramos un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, un momento clave en nuestra historia que nos enseñó el valor de la unidad y la lucha por la libertad. Como intendente, me siento orgulloso de seguir trabajando por una ciudad más justa y equitativa, inspirada en los ideales de nuestros próceres”, sostuvo Alak.

Por su parte, Kicillof celebró “el mensaje del arzobispo Gustavo Carrara sobre la necesidad de que los sistemas económicos pongan en el centro a la solidaridad y el bien común y de la importancia de acompañar a nuestro pueblo, empezando por quienes más lo necesitan".

Durante la homilía, Carrara manifestó:  “Damos a gracias a Dios Creador por habernos regalado la patria que habitamos. Y este año lo hacemos en el Jubileo de la Esperanza”. 

“Todos los que detentamos algún tipo de poder, tenemos que ponernos al servicio del bien común, especialmente de aquellos que están más heridos en su dignidad, y hacerlo al modo de Jesús que se bajó para lavarnos los pies”, reflexionó.

Asimismo, sostuvo que “servir es fundamentalmente cuidar con ternura, y defender con firmeza, la fragilidad de nuestro pueblo. A la vez ese camino de servicio es fuente de alegría para quien se decide a transitarlo”. 

“Si el servicio es fuente de alegría, el pertenecer a una comunidad también lo es. Por eso es necesario apostar por las acciones que fortalecen la vida comunitaria, que integran a las personas en una comunidad, y de este modo seguir organizando la esperanza”, completó el referente religioso.

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