El economista Ricardo Arriazu, cercano al Gobierno, no ocultó su rechazo al sistema de bandas cambiarias y sostuvo que su implementación elevó el riesgo y afectó la estabilidad económica.
“Soy enemigo de las bandas, cuando se mueve el dólar se mueve todo”, exclamó durante un encuentro con ejecutivos empresarios y financieros, marco en el que calificó a las recientes medidas económicos como “una tontería, pero moderada”.
En este sentido, comparó el esquema actual con el mecanismo previo de crawling peg y señaló que, antes de la introducción de las bandas, el Banco Central había logrado acumular reservas y sostener la actividad económica.
“Antes de las bandas, con el ajuste gradual, se compraron 25.000 millones de dólares en reservas, la actividad creció al 11 %. Con la banda se duplicó el riesgo, hay más inflación y no se compró un dólar de reservas”, describió el economista.
Así las cosas, planteó que “la incertidumbre tiene un costo” aunque ponderó el respaldo financiero de Estados Unidos como un factor clave para sostener el programa económico. “Argentina estaba en el medio de la pulseada y llegó la caballería de Estados Unidos. Nos dieron un swap de 20.000 millones de dólares. En el Tequila de 1995 solo fueron 1.000 millones”, contrastó.
“Este swap no tiene nada que ver con el de China, que dibuja las reservas. Este es de libre disponibilidad y lo tengo para cuando lo necesite, para problemas de liquidez como una apuesta contra el peso o el pago de la deuda”, sumó Arriazu.
Luego sostuvo que “Argentina debe ser el único país que con buenos números macro tiene diez veces el riesgo país de Uruguay y Paraguay, por nuestro prontuario”.