jueves 31 de octubre de 2024 - Edición Nº3876

Panorama Bonaerense | 27 may 2017

Bitácoras bonaerenses

Cristina, su mensaje cifrado y la disyuntiva de Randazzo

La ex presidenta dijo que podría ser candidata si es que “era necesario”. El peronismo mira las encuestas. ¿Qué le dijo CFK a “Florencio” en la entrevista que dio? Opciones de los distintos escenarios.


Habló Cristina Kirchner y habló de todo. El arco político argentino y bonaerense afinó sus oídos para escucharla; todos, no faltó ninguno. Más allá de su análisis sobre el gobierno de Mauricio Macri y las cuestiones económicas, la atención se posó sobre sus definiciones en cuanto a la interna que vive por estos días el aún FpV-PJ. En un juego de ajedrez que CFK y Florencio Randazzo plasman milimétricamente sobre el tablero del peronismo, en la entrevista que la expresidenta dio al canal C5N, los mensajes encriptados (o no tanto) fueron los que llegaron a todos los rincones de la gran aldea peronista. El lenguaje político.

“Yo creo que hay que construir la unidad, porque creo que esta gente (el macrismo) ha pivoteado sobre la falta de unidad del movimiento obrero, creo que ha pivoteado sobre la falta de unidad de los partidos populares, nacionales y democráticos”, analizó Cristina. “Si es necesario que yo sea candidata para darle mayor cantidad de votos a esta propuesta y podamos ganar las elecciones, lo soy”, agregó en el tramo que más repercutió de sus palabras. Esas palabras, fueron decodificadas en varios sentidos. Por un lado, les da una respuesta pública a los intendentes “rebeldes” del Conurbano, quienes se fueron molestos del acto organizado por Fernando Espinoza y Máximo Kirchner, esa definición que los alcaldes pedían. Si bien Cristina pone su candidatura como una posibilidad sobre la mesa, esa opción ahora es parte de una realidad de probabilidad manifiesta. Desde otro rincón, para Florencio Randazzo y las huestes que lo acompañan, el mensaje fue una especie de aviso que ella puede ser candidata –con las encuestas que la dan como ganadora dentro y fuera de la interna– ante la insistencia de los randazzistas de ir sí o sí a una PASO, que hasta antes de la aparición de CFK sacaban gala de que el otro lado pedía la unidad porque “no tenían candidatos”. El mensaje.

Las palabras no se quedaron en el aviso, sino que siguieron con una aclaración que tiende a calmar las aguas de esa advertencia. Cristina apeló a un tipo de mensaje que no tiene otro destinatario que Randazzo. “Si de repente visualizan que hay otro candidato u otra candidata que pueda garantizar el triunfo, ganar y ponerle límites a este gobierno. Y, además, que quienes lo acompañan, cuando se sienten en las bancas, voten lo que hay que votar y no los corran, presionándolos, amenazándolos a carpetazos o con titulares de diarios, pero bienvenido sea”, dijo CFK aguda, punzante, pero con condiciones. Los propios randazzistas saben que esas palabras fueron dirigidas a “El Flaco”. Cristina, frente a las cámaras del televisión, le dijo a Randazzo que si él quiere ser el candidato tiene las puertas abiertas pero, a modo de condición, incluso para una posible bendición, tendría que soportar “carpetazos” y que sus seguidores no vayan en contra de lo que dijeron enfrentar en la campaña, una vez que lleguen al Congreso. El dato no es menor, desde el año pasado en los pasillos del peronismo se corrió la voz de que el “silencio” de Randazzo fue por “temor” a que surgieran capertazos contra su figura. Es más, muchos políticos cercanos al chivilcoyano sostienen que parte de su estrategia fue esperar a los albores de la campaña para aparecer con fuerza, momento en que los capertazos “pierden efecto”. Otros aseveran que el exministro de Cristina mantuvo varias reuniones con editores de los principales medios nacionales y hasta con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, para cuidar el camino sobre los tan temidos carpetazos. La propuesta implícita.

Randazzo y su tropa saben que Cristina les habló, frente a millares de personas que vieron la entrevista. Rápidamente salieron a reafirmar su intención de plasmar una PASO de manera firme. Alberto Fernández, de reciente pasado massista y ahora jefe de campaña de Florencio, fue quien comandó las declaraciones. “El mensaje para Randazzo es que él es el candidato de la unidad, pero unidad con lista única. Pero nosotros no compartimos esa idea, porque queremos que elija la gente, no los dirigentes”, confesó, fuera de micrófono, un dirigente del entorno del chivilcoyano. El mensaje de Cristina, más allá de las respuestas randazzistas de una diplomacia caliente, dejó marcada una disyuntiva sobre Randazzo y los pasos que va a seguir. En sus análisis previos a la aparición de CFK, primó la idea de que la expresidenta no iba a ser candidata. Con el mensaje encriptado del 25 de mayo, las reglas del juego cambian. En casi todas las encuestas (por no decir todas), Cristina se impone por amplísimo margen a Randazzo en una PASO. Es más, la exjefa de Estado, encabeza varias muestras en una competición con otros espacios. ¿Randazzo se arriesgará a ir a una interna con la derrota casi asegurada? Según el discurso que bajó el chivilcoyano a su tropa, la respuesta es “sí”. Por un lado, el proyecto de “Florencio” es generar un camino para la “renovación” del peronismo, con el trasfondo de la pelea presidencial del 2019, incluso perdiendo y enfrentando a Cristina. En la mentalidad de sus seguidores –según pudo saber ANDigital– está la disposición a barajar una derrota y esperar dos años para renovar o acceder a una banca legislativa y/o comunal. Es que Randazzo ya les avisó a los intendentes del Conurbano que les armará listas para las PASO en sus distritos y sus feligreses saben que una interna es a todo o nada. Con Cristina candidata, esas probabilidades aumentan en su desventaja y, más allá del desafío y la instalación para el 2019, el poder político en la Legislatura y los Concejos Deliberantes quedaría muy reducido. Las disyuntivas.

Pero Randazzo también tiene su costado soberbio, y muchas veces envalentonado, al menos en el discurso. Los randazzistas más espartanos quieren ir por todo y hasta aseguran su victoria en una PASO contra Cristina. “El voto del Flaco es más amplio que el de Cristina”, asegura un armador seccional. En ese análisis, sostiene que el crecimiento de CFK hasta agosto “es mínimo” y “no más de lo que las encuestas muestran”. Con ese optimismo, afirman que en esa lógica es donde Randazzo “tiene una proyección” de crecimiento. Pero los intendentes, en especial los del Conurbano, no piensan lo mismo. En sus distritos Cristina supera el techo de los 35 puntos de intención de voto. En las recorridas que hacen por sus barrios, los alcaldes repiten: “La gente pide por Cristina”. Además, estos poseedores del poder territorial que tiene el peronismo, miran con cierta desconfianza la “aventura personalista” de Randazzo. “El interés del Flaco es quedarse con todo el peronismo; el interés de los alcaldes es cuidar el territorio”, afirmó con crudo análisis un jefe comunal del Gran Buenos Aires. Sus colegas, además, advierten que si Cristina es candidata más de uno de quienes ahora se muestran con Randazzo va a volver a pedir lugar en ese armado. Muchos, mal intencionados o no, observan en esa actitud a un intendente de la primera sección electoral bonaerense, quien hoy se muestra muy cercano al chivilcoyano. Los riesgos del enfrentamiento.

El desafío que plasma Randazzo, con mezcla de arrogancia y valentía, es valedero dentro de un juego político que es la búsqueda del poder dentro del peronismo. Si el chivilcoyano optara por ser el candidato de unidad, dentro de todo estaría entrando en el frasco de ser “el candidato de Cristina” y no el “candidato que desafió a Cristina”. Con ello, la disputa por el 2019 tendría otro sentido o postergaría una interna que tarde o temprano explotaría. Por otro lado, surge una novedad en este tramo electoral legislativo que parece asomar. En los 12 años de kirchnerismo, las elecciones de medio término marcaron el pulso de la elección presidencial con resultados diversos. En 2005, el peronismo bonaerense dividió sus aguas en la recordada “madre de todas las batallas”, entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde con sus esposas –Cristina Fernández de Kirchner (FpV) e Hilda “Chiche” González de Duhalde (Frente Justicialista)– como candidatas a senadoras nacionales. CFK logró un aplastante triunfo 45,77 por ciento sobre 20,42. Ese escenario fue la ruptura de Kirchner con Duhalde y la pelea por el PJ Bonaerense. En 2007 Cristina fue candidata a presidenta al ganar la elección de ese año. En 2009, el escenario fue distinto, con el conflicto de la Resolución 125 como telón de fondo surgió Unión-PRO, la alianza entre Francisco De Narváez, Mauricio Macri y Felipe Solá, quien un año antes había pegado el portazo al FpV. La dupla De Narváez-Solá derrotó 34,58 por ciento a 32,11 a las candidaturas del propio Kirchner, la testimonial del entonces gobernador, Daniel Scioli, además del intendente de Tigre, Sergio Massa, y del propio Florencio Randazzo. La gran victoria del “Colorado” y su “alica, alicate” no le sirvió para su proyección presidencial para el 2011 (por motivos legales de nacionalidad), pero tampoco para lograr ser gobernador bonaerense. Unión-PRO sólo existió en ese tramo electoral. En 2013, el desafío al oficialismo vino nuevamente desde adentro, Massa rompió con el FpV, armó su Frente Renovador junto a varios intendentes y ganó las legislativas 43,95 por ciento a 32,33 que obtuvo Martín Insaurralde, el candidato elegido por Cristina. La ruptura y posterior victoria, tampoco le sirvió a Massa para las presidenciales 2015, en las que salió tercero. Análisis y antecedentes.

En este 2017, nuevamente una elección a senador nacional presenta un gran escenario. Muchos randazzistas nostálgicos, y en busca de épicas, hacen analogías con lo que representó el desafío del kirchnerismo al duhaldismo en el 2005. Sin embargo, como se pudo observar, el escenario es completamente distinto a los cuatro presentados. Si finalmente Randazzo decidiera competir, sería por adentro del peronismo, tal y como todos sus voceros lo dicen en público y privado. La novedad será la Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria (PASO). Randazzo no apunta a romper, como Massa en 2013, y armar otro espacio, no apunta a fugarse hacia otros destinos y ser candidato, como Solá, Quizá lo más parecido al 2005 es que no se llegó a un acuerdo y el kirchnerismo y el duhaldismo fueron con boletas distintas, pero en esos tiempos no existían las PASO. De todos modos, el objetivo de Randazzo –al menos por ahora– es disputar por dentro el liderazgo del peronismo, por ahora bajo el sello FpV-PJ. Incluso, en los videos que se filtraron, él mismo reivindica los 12 años de kirchnerismo y llama a sus seguidores a hacer lo mismo. Esa es la novedad, el desafío interno, sin ruptura, un “kirchnerismo de buenos modales” con nuevo conductor. Las paradojas también son parte de la escena, el desafío –si es que Cristina es candidata y Randazzo se anima a enfrentarla– es a la principal referente y exponente de ese modelo que se reivindica. Datos no menores de un escenario que se abre y trae consigo nuevas incógnitas y resultados.

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