jueves 31 de octubre de 2024 - Edición Nº3876

Panorama Bonaerense | 19 mar 2018

Bitácoras bonaerenses

Ansiosos, todos en marcha calentando motores para la campaña 2019

El peronismo de la mano del PJ bonaerense comienza a soñar de forma más certera con la unidad y habla que “Hay 2019”. Massa y Randazzo intentar no quedar afuera de escena. Los operativos reelección de Macri, Vidal y Larreta y sus derivaciones.


Los tiempos en la política son lentos por momentos y rápidos en otros. Son diversos, muchas veces la línea temporal de la clase política va en diversidad frente al conjunto de la sociedad. Si bien, han pasado apenas cinco meses de las elecciones legislativas de octubre de 2017, los vaivenes de la economía y la inflación hacen que ese escenario esté atrás, lejos. Corre rápidamente el tercer mes del 2018, un año particular para todo el mundo por la realización del Mundial de Rusia. Evento que será protagonista y que, sin dudas, acaparará la atención de gran parte de la ciudadanía, de la mano del destino que tenga la Selección Argentina. “La campaña arranca cuando termine el mundial”, deslizó un operador político del PRO, sin que sus palabras sean novedad, pero sí le dan ese tono de sinceridad a lo que se vendrá: otra campaña en marcha. Elecciones presidenciales en 2019.

Preso de su balcanización, de la segunda derrota que sufrió el año pasado en la provincia de Buenos Aires, el peronismo fue el primero espacio que comenzó a hablar de las elecciones del 2019. El “Hay 2019” que plasmó el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, junto a Jorge “Coqui” Capitanich e intendentes kirchneristas como Verónica Magario (La Matanza), Mario Secco (Ensenada) y Francisco “Paco” Durañona (San Antonio de Areco), durante el aniversario de la ciudad de Resistencia, cimentaron lo que de a poco se va transformando en un lema del PJ bonaerense y el kirchnerismo duro. La frase no es casual, hasta finales de enero, en el peronismo en general reinaba un sentimiento derrotista de cara al 2019, producto de la victoria de Cambiemos en las legislativas en 2017. Pero de a poco y con la economía y la inflación que comienzan a generar malestar en gran parte de la sociedad, el peronismo/kirchnerismo cambió su sensación y ahora sueña con volver a gobernar el país y la provincia el año que viene. Así, el viernes 16 de marzo en la ciudad de La Pedrera (San Luis) se realizó El Encuentro de la Militancia peronista #Hay2019, que reunió a dirigentes peronistas, kirchneristas y sindicales, con el objetivo de trabajar en un gran frente opositor de cara al próximo año. Convocados por el gobernador anfitrión, estuvieron presentes el presidente del PJ nacional, José Luis Gioja, su par bonaerense Gustavo “Tano” Menéndez, así como referentes kirchneristas como Juan Pablo Cafiero, Eduardo Depetris, el ex vicepresidente Amado Boudou, los diputados nacionales Andrés Larroque, Axel Kicillof y Agustín Rossi, además de Martin Sabbatella, Capitanich y gran parte de los intendentes del Conurbano bonaerense. La postal de “unidad con todos” para los organizadores fue “positiva”, pero desde el peronismo conservador y dialoguista apuntaron como crítica a que los “personales K” dominaron las tapas de los medios periodísticos. El llamado “Peronismo Federal” de la mano del gobernador de Entre Ríos, Pedro Guastavino, prepara su cumbre donde confirmaron presencia el mandamás de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el siempre camaleónico senador nacional, Miguel Ángel Pichetto. Dos separadas aldeas peronistas.

Párrafo apararte merece el PJ bonaerense, donde la “unidad con todos” parece estar más cerca o, al menos, tiene a más dirigentes dispuestos a sentarse en una misma mesa y dejar los rencores de lado. Este fin de semana, el Partido Justicialista de la provincia dio un paso importante al realizar su Congreso partidario Villa Tessei, partido de Hurlingham, y modificar su estatuto para permitir que los que se fueron al Frente Renovador en el 2013 en adelante o los que participaron en las boletas de Unidad Ciudadana en 2017 no tengan que ser expulsados del espacio, como además normalizar jurídicamente al Partido para que los fondos que le corresponden puedan ser utilizados. En el universo bonaerense las cosas parecen estar un poco más claras. Desde principios de año se pueden ver diversos dirigentes optando por la “unidad con todos” e incluso aceptando que “sin Cristina no se puede”. En ese plano, Felipe Solá, Hugo Moyano (ayudado por su enfrentamiento con el gobierno nacional) y Alberto Fernández avanzan en ese camino. Desde el esporádico randazzismo varios legisladores e intendentes también comulgan con esa idea y hasta el Movimiento Evita se acopló a la idea. La premisa llegó más y massistas como el diputado nacional, Daniel Arroyo, o los diputados bonaerenses Jorge D’Onofrio y Pablo Garate, ya han dado muchas muestras y presencias para transitar por el camino que propone el PJ bonaerense. El escenario no es fácil, si María Eugenia Vidal compite por la reelección -como ahora insisten desde los despachos de La Rosada-, el peronismo tendrá que enfrentar a la candidata con más poder de votos de la escena política nacional y ahí surge otro interrogante ya planteado en columnas anteriores: ¿Con un escenario adverso, quién será el candidato/a que se anime a oficiar de mártir? El peronismo avanza en la unidad con los mismos dilemas.

Párrafo menor merece el almuerzo tan mediático que gestaron la semana pasada  Sergio Massa y Florencio Randazzo, dos grandes derrotados en las legislativas del 2017, que en esta actualidad están en un limbo político que no se sabe a dónde conduce. El almuerzo que duró más de cuatro horas, se desarrolló en el Palacio Raggio y tuvo un menú de pescado con ensalada, coca cola light y agua. Los dos comensales, según dejaron trascender, limaron asperezas después de muchos años distantes (incluso se decía que el año pasado Florencio “no quería saber nada” con Sergio, por una cuestión personal) y además coincidieron en críticas severas a las políticas económicas que digita Mauricio Macri. Por un lado, sus entornos dijeron que el cónclave fue auspiciado por legisladores que pertenecen al llamado “Peronismo Federal” y que sería una suerte de inicio para soñar con una alianza Massa-Randazzo bajo el signo de este espacio. Sin embargo, por otro lado, también dejaron trascender que del almuerzo surgió una idea de planificar un frente alejado del kirchnerismo, pero también el peronismo, que confluya a Margarita Stolbizer, Martín Losteau y a los socialistas de Santa Fe. El problema para ambos dirigentes es que quedaron diezmados por la magra elección que hicieron el 2017. El tigrense apenas puede controlar sus bloques reducidos en la Legislatura bonaerense y no tiene el mismo impacto que hasta hace unos meses. El escenario para el chivilcoyano es peor, no tiene legisladores que le respondan y hasta los que creyeron en su proyecto ahora aseguran en voz baja “que Florencio tenía un acuerdo con Macri para haber llevado su candidatura a tal extremo”. La opción de la lista muleto de Cambiemos para el 2019 es lo que muchos analistas alertaron sobre estas ideas lanzadas sobre la mesa del almuerzo. Acercamiento y futuro incierto.

No ajeno a las costumbres tradicionales de la política, desde el Pro (partido dominante en Cambiemos) lanzaron el “Operativo Reelección de Macri”, sumado y para despejar dudas, a los de Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. En principio el “operativo clamor” surgido de Consejo Nacional del PRO, realizado en el bunker de Parque Norte de la Ciudad de Buenos Aires el viernes 9 de marzo, fue el movimiento de la Casa Rosada para despejar la posibilidad de que Macri no buscaría un segundo mandato en 2019, adelantando los tiempos para la carrera de sucesión entre Vidal, Larreta y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, una interna silenciosa que se viene gestando hace años. La baja en la imagen positiva del presidente y una economía que sigue estancada hicieron que ese rumor cobre notoriedad. De hecho, la carta electoral Vidal volvió a escena y se conjeturó que sería una opción para Cambiemos en caso de un escenario adverso. Pero las opciones probables incluso llegaron a plasmar un hipotético escenario con la fórmula presidencial Macri Presidente y Vidal Vicepresidenta, para utilizar y canaliza la imagen positiva alta que todavía conserva la gobernadora y el poder de votos que aún mantiene. Esta última opción, surgió del seno mismo de La Rosada como para condicionar la premisa de que Vidal se posicione como la “heredera natural” de Macri. “Si al barco le va mal, Vidal tiene que estar arriba”, graficó un armador nacional del PRO. Esta concepción también tiene otra arista. En caso de que los tres mandatarios (Macri, Vidal y Larreta) busquen la reelección, existe un temor en algunos despachos de La Rosada a que “Mariu” supere en votos a Macri (en caso de una victoria de ambos) o hasta el escenario más catastrófico, que Vidal gane nuevamente la provincia, pero Macri pierda la nacional. En ambos escenarios, MEV se posicionaría con fuerza como la gran referente de Cambiemos y en caso de un nuevo mandato de Macri, correría con gran ventaja para la guerra de sucesión que se desatará la misma noche de las elecciones del año que viene. Por ahora, lo único seguro es que después del Mundial comienza la campaña en el oficialismo.-

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